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Precedentes Ambientales

Por Luis González Lozano

Mayo 04, 2024 03:00 a.m.

A

Última Parte

“La contaminación es para el medio ambiente lo que la corrupción es para la política: una auténtica lacra social.” - José Luis Rodríguez Zapatero

Como lo hemos mencionado en las últimas dos entregas, las recientes reformas a la Ley de Amparo, han suscitado una reacción decidida y unánime de diversas organizaciones de la sociedad civil mexicana.

Las modificaciones a esta ley, particularmente la eliminación de los efectos generales de la suspensión en juicios de amparo contra normas generales, representan un retroceso significativo para la protección ambiental y la justicia climática en México. Ya explicamos que cuando se impugnaba la constitucionalidad de una ley que afectaba el derecho humano a un medio ambiente sano, la suspensión obtenida beneficiaba no sólo a la parte que acudía a juicio, sino que extendía sus efectos protegiendo a toda la comunidad. Ahora, dicha suspensión sólo tendrá efecto para quien interpuso el amparo, dejando al resto de la sociedad desamparada y a merced de leyes potencialmente perjudiciales para su entorno y su bienestar.

Este cambio no solo limita severamente el acceso a la justicia en asuntos ambientales, sino que también debilita la protección del derecho humano a un medio ambiente sano, reconocido tanto en su dimensión individual como colectiva. La protección de este derecho no es únicamente una cuestión de beneficio personal, sino que implica el cuidado de nuestro entorno común: la naturaleza, los ecosistemas, y nuestro clima global.

Por ello Cambio de Ruta suscribió, junto con otras 38 Organizaciones de la Sociedad Civil, un boletín expresando la profunda preocupación y rechazo a estas reformas, ya que constituyen un obstáculo considerable para asegurar un entorno seguro y propicio para la defensa del medio ambiente y los derechos humanos en nuestro país.

El comunicado se puede consultar en: https://x.com/Aidaespanol/status/1786167037154279815.

En el mismo se destaca que en un contexto global de crisis climática y pérdida de biodiversidad, la labor de las personas y organizaciones que defienden el medio ambiente es más crucial que nunca. Restringir el alcance de la justicia ambiental no solo es un desacierto jurídico, sino una falta grave a nuestros compromisos internacionales, como los establecidos en el Acuerdo de Escazú, que buscan garantizar el acceso a la información, la participación pública y la justicia en asuntos ambientales.

Incluso se dice que en términos de daño ambiental, el permitir que una norma general que posiblemente afecta al medio ambiente siga vigente para todas las personas que NO pudieron o NO quisieron ir a juicio, o que yendo a juicio NO hayan obtenido una suspensión, implica perpetrar afectaciones y violaciones en sentido contrario a la protección constitucional y convencional del derecho humano a un medio ambiente sano. Es un sinsentido, que ignora los principios de prevención, de precaución y el principio in dubio pro natura, y en general, todos ellos principios cuya evolución jurisprudencial ha girado en torno a la mejor protección de las personas y de la naturaleza.

Y también en días pasados, organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la protección del medio ambiente y a la justicia climática, celebramos la adopción del “Plan de acción sobre defensoras y defensores de derechos humanos en asuntos ambientales en el marco de la COP 3” del Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, conocido como Acuerdo de Escazú.  Este Plan es un avance fundamental para proteger la vida, la integridad y el trabajo de las personas defensoras del medio ambiente y del territorio.

Las organizaciones firmantes del boletín han declarado que continuarán trabajando arduamente para que México desarrolle y aplique un marco jurídico que respete y fortalezca los derechos ambientales consagrados en nuestra Constitución y en los tratados internacionales. Este es un llamado a la acción no solo para los activistas y las organizaciones, sino para todos los ciudadanos conscientes de la importancia de proteger nuestro planeta y nuestros derechos fundamentales.

La intención de este conjunto de organizaciones es clara: no cejarán en su empeño por construir un futuro más justo y sostenible para todos. La sociedad civil está alerta y activa, dispuesta a enfrentar estos desafíos con determinación y esperanza.

Delírium trémens.- “La política no va a cambiar el sistema social (la cultura) del mexicano, es al revés, la política emana de la cultura. El cambio no está en el siguiente Presidente, nunca ha estado, el cambio está en la sociedad, en que sea capaz de avanzar hacia un mayor nivel de conciencia. De una mejor sociedad saldrá un mejor Presidente...”

@luisglozano