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Ciudad de México.- Aunque 2017 fue un año de volatilidad, las finanzas de los gobiernos estatales libraron el temporal y resultaron los grandes ganadores al recibir casi 30 mil millones de pesos extraordinarios a los que tenían presupuestados.
De acuerdo con las cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), las 32 entidades federativas tuvieron que recibir por la vía de participaciones 742 mil 566 millones de pesos, pero la Federación les entregó 772 mil 122 millones.
Significa que pese al menor dinamismo económico y la volatilidad financiera que imperó el año pasado por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la reforma fiscal de Trump, los gobiernos subnacionales se llevaron 29 mil 556 millones de pesos más.
Aunque las entidades más beneficiadas en monto fueron Estado de México, Ciudad de México, Veracruz y Jalisco, por tener los presupuestos más altos, los estados que en términos porcentuales recibieron más participaciones fueron San Luis Potosí, Baja California Sur, Hidalgo así como Veracruz.
Las participaciones federales son la principal fuente de ingresos de los estados y se trata de recursos económicos que ejercen de manera independiente.
Kristobal Meléndez, del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), dijo que dado que en 2017 el gobierno federal obtuvo mayores ingresos, por ley le tiene que distribuir más recursos a los estados y municipios, como parte de la Recaudación Federal Participable (RFP).
En la RFP se contabilizan los recursos que percibe la Federación por concepto de impuestos, derechos de minería y una parte de los ingresos petroleros provenientes del Fondo Mexicano del Petróleo, dijo.
Luego de que en 2017 los estados y municipios gozaron de mayores recursos federales, las perspectivas para 2018 pueden no ser tan favorables por el efecto que tendrá el nivel de tasas de interés y la inflación sobre las finanzas subnacionales.
“Las tasas de interés y la inflación generarán una presión para las entidades federativas”, dijo.
Consideró que en un año de elecciones se debe poner más atención sobre los estados y municipios. Dependiendo de su nivel de endeudamiento tendrán menores recursos para programas sociales.
De acuerdo con las cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), las 32 entidades federativas tuvieron que recibir por la vía de participaciones 742 mil 566 millones de pesos, pero la Federación les entregó 772 mil 122 millones.
Significa que pese al menor dinamismo económico y la volatilidad financiera que imperó el año pasado por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la reforma fiscal de Trump, los gobiernos subnacionales se llevaron 29 mil 556 millones de pesos más.
Aunque las entidades más beneficiadas en monto fueron Estado de México, Ciudad de México, Veracruz y Jalisco, por tener los presupuestos más altos, los estados que en términos porcentuales recibieron más participaciones fueron San Luis Potosí, Baja California Sur, Hidalgo así como Veracruz.
Las participaciones federales son la principal fuente de ingresos de los estados y se trata de recursos económicos que ejercen de manera independiente.
Kristobal Meléndez, del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), dijo que dado que en 2017 el gobierno federal obtuvo mayores ingresos, por ley le tiene que distribuir más recursos a los estados y municipios, como parte de la Recaudación Federal Participable (RFP).
En la RFP se contabilizan los recursos que percibe la Federación por concepto de impuestos, derechos de minería y una parte de los ingresos petroleros provenientes del Fondo Mexicano del Petróleo, dijo.
Luego de que en 2017 los estados y municipios gozaron de mayores recursos federales, las perspectivas para 2018 pueden no ser tan favorables por el efecto que tendrá el nivel de tasas de interés y la inflación sobre las finanzas subnacionales.
“Las tasas de interés y la inflación generarán una presión para las entidades federativas”, dijo.
Consideró que en un año de elecciones se debe poner más atención sobre los estados y municipios. Dependiendo de su nivel de endeudamiento tendrán menores recursos para programas sociales.