Controversia en Manhattan por plan de cobrar peajes


NUEVA YORK (AP) — Los conductores que deseen ingresar a Manhattan en las horas de máximo tránsito tendrán que pagar un peaje de 11.52 dólares, según una propuesta elaborada por el gobernador Andrew Cuomo que busca aliviar el congestionamiento y recaudar fondos para el sistema de transporte público.
Para los camiones la tarifa sería aún mayor, de 25.34 dólares, mientras que los taxis, tanto los regulares como los de Uber y los vehículos contratados pagarían entre 2 y 5 dólares. La propuesta abarca la zona por debajo de la calle 60 de Manhattan.
La idea es cobrar el monto por vía de un peaje electrónico a aquellos vehículos que ingresen a ciertas partes del distrito en horas de máximo congestionamiento. Es probable que el plan enfrente una dura resistencia en la Legislatura, que deberá aprobarlo. En ocasiones anteriores, iniciativas similares han fracasado debido a quejas de que sería una carga excesiva para la gente que desea llegar a sus lugares de trabajo.
"Claro que habrá mucha gente que lo critique", dijo el exalcalde del distrito neoyorquino de Bronx Freddy Ferrer, miembro de la Autoridad Metropolitana de Transporte que fue miembro del panel nombrado por Cuomo para evaluar la propuesta. "Sin embargo, es evidente que el ‘statu quo’ ya no es aceptable", agregó.
Londres y Singapur han aplicado iniciativas similares. Los partidarios aseguran que no solamente combate el congestionamiento, sino además recauda fondos para el sistema de transporte público, pero los escépticos, entre ellos el alcalde neoyorquino Bill de Blasio, temen que impondrá una carga económica excesiva a la gente de bajos o medianos ingresos que viven fuera de Manhattan pero que deben ir allí diariamente para acudir a sus trabajos. Esas inquietudes han hundido propuestas similares en el pasado, incluso una presentada por el entonces alcalde Michael Bloomberg hace una década.
Yasmin Sohrawardy, que maneja de Queens a Manhattan dos veces a la semana para su trabajo como autora de software financiero, se opone enfáticamente a la propuesta.
"La gente en los municipios periféricos, que no tiene acceso al transporte público como sí lo tiene la gente de Manhattan, no podrá pagar esto", dijo Sohrawardy, de 47 años. "Será demasiado caro. Los que viven en Manhattan pueden tomar el metro o los autobuses o los taxis".