Videojuegos detonan conductas violentas cuando no se tratan las emociones: especialista

Videojuegos detonan conductas violentas cuando no se tratan las emociones: especialista

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Foto: Especial 

Los videojuegos con temática violenta son detonantes de conductas agresivas en los infantes solo cuando se ignoraron límites de uso y las emociones no se trataron a tiempo, afirmó la psicóloga Zeydi Luz Prado Frausto.

Indicó que el “videogamer” al tener un problema emocional y no saber canalizarlo lo verá repercutido en sus acciones, lo mismo que aquel cuyo estilo de vida es permanecer frente a la consola de videojuegos más de hora y media sin la supervisión de un adulto.

“Si un niño juega a ser violento, no es que vaya a ser violento, será un niño que sabrá defenderse si el contexto del videojuego es el apropiado”, comentó la doctora con especialidad en cognitivo conductual.

En entrevista con Notimex, Zeydi Luz Prado indicó que muchos padres compran a sus hijos una consola de videojuegos sin regular el tiempo de su uso ni los motivos que lo lleven a ella.

Expuso que cuando los progenitores regañan a sus hijos por alguna causa y los dejan irse sin resolver el problema, el niño o niña correrá a refugiarse en los videojuegos y ahí descargará su irá, enojo y coraje. En el peor de los casos, lo hará fuera de casa con amigos o desconocidos.

Pero si las cosas se aclaran de la mejor manera, entonces sólo acudirá como un momento de entretenimiento y diversión.

“El videojuego es sumamente enriquecedor siempre y cuando los papás sepamos cómo lo vamos a llevar a cabo, en qué momento vamos a canalizar que mi hijo esté jugando con Mario Bros o con algún título en el que haya escenas de sangre”.

Otro punto a analizar es el tiempo que invierten jugando y que puede generar una adicción. De ahí que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recién incluya en su Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11) el trastorno por videojuegos como enfermedad mental.

“La práctica del videojuego no es mala como tal, lo que es malo es la cantidad de tiempo que se juega. Una persona que es adicta al videojuego es porque ya no le son suficientes 45 minutos u hora y media”.

Cuando el abuso al videojuego se convierte en patología, ésta se puede corregir con terapia, basta con identificar primero que es así y que el adicto tenga la voluntad de modificarlo.

Si el infante ya no hace caso cuando se le habla, se molesta al momento de sugerirle otra actividad y ocupa más de hora y media jugando, es fundamental la búsqueda de un apoyo psicológico a fin de balancear la parte emocional del paciente.

Señaló que el tratamiento debe ser paulatino, pues si el paciente juega los siete días de la semana y se le reduce de manera abrupta a un solo día, “como toda adicción, habrá estrés, enfado y frustración”.

Si el problema se agrava, también se puede recurrir a métodos psiquiátricos, es decir, medicar al celebro para controlarlo.

“Todo depende de la formación que se hizo del videojuego. Por ello, es importante que los padres canalicen lo que le están regalando a sus hijos cuando compran un smartphone o una tablet porque ahora pueden bajar muchas aplicaciones de Internet”, subrayó la experta.

Explicó que este tipo de entretenimiento tiene ventajas y desventajas para el niño o adolescente. Por un lado, es una buena herramienta psicológica para que el jugador tenga una respuesta positiva. Lo malo es cuando no se marcan horarios y ya siendo adultos se desfasan de la realidad sin el interés de hacer otras actividades.

“Si al inicio no se pusieron límites, cuando les apagas la consola ellos están aislados porque ya no se enriquecen de ese momento ni de las personas a su alrededor. No pueden expresarse como anteriormente lo hacían porque es algo completamente desconocido para ellos.

“Queremos que nos platiquen de cómo les fue en la escuela, pero no recibimos respuesta porque su único refugio son los videojuegos. Si se siente triste va y juega, y si se siente feliz hace lo mismo. Tiene mucho que ver con la autoestima, para ellos no es lo mismo la seguridad que te puede dar una consola a la realidad”.

De acuerdo con Zeydi Prado, el tipo de videojuegos siempre tendrá que ver con la edad que tenga el “gamer”.

“Algo como Mario Bross es adecuado para alguien de entre ocho y 10 años porque te permite verificar los tiempos, tiene colores, texturas y movimientos. En tanto, los títulos que muestran escenas de violencia, serán ideales para quienes ya tengan un criterio.

“Porque a partir de la adolescencia empiezan a crear su autenticidad personal, ya no es lo que papá o mamá te diga, sino lo que yo quiero hacer. Ellos saben que deben ‘matar’ zombies para subsistir, para llegar al siguiente nivel”.

En el caso de los niños más pequeños, dijo, entienden que deben matar solo por matar.

La psicóloga también hizo un llamado a revisar cuando los hijos jueguen en línea creando una cuenta bajo un pseudónimo, pues su seguridad queda en riesgo.

“Los papás creen que están divirtiéndose con cualquier tipo de juego cuando en realidad se encuentran en un ambiente de violencia. Por ello, es importante identificar si el videojuego es enriquecedor y no se dejen llevar por la moda que hay o por lo que digan los compañeros de sus hijos, ya que en ocasiones propician la desaparición de los niños, pues al darse de alta muchas veces proporcionan su ubicación".

El hecho de que la OMS considere el trastorno por videojuegos como enfermedad mental llega en el momento oportuno, según la especialista, sobre todo al considerar que desde los ocho años un niño ya maneja un dispositivo móvil y no es correcto.

“Antes de pensar en regalarle algo a los hijos, se debe analizar que la suma de dinero a invertir sea para cosas vivenciales, que den aportaciones en algo que recordarán siempre y no que lo vayan a mantener aislado de la realidad”, concluyó.