Phoenix brilla en la Berlinale

Presentó el filme “Don’t worry, he won’t get far on foot”

Phoenix brilla en la Berlinale

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Berlín. - El actor Joaquin Phoenix brilló en la Berlinale con “Don’t worry, he won’t get far on foot”, un filme dirigido por la mano maestra de Gus Van Sant y centrado en la rehabilitación de un kamikaze en silla de ruedas, adicto al alcohol y otros abismos.

“Nos ceñimos en lo posible al personaje real, desde al accidente que le deja paralítico a su superación personal”, dijo el director sobre su filme, basado en la biografía de John Callahan, quien a los 21 años quedó en silla de ruedas y al que su cáustico sentido del humor redimió como exitoso dibujante.

La tragedia le acecha en cualquier esquina desde el momento en que sale a comprar la primera botella del día, recién salido de la ducha, hasta que muchas horas y botellas después se topa con alguien tan sediento como él -Jack Black-, en busca de la mejor fiesta.

De ahí salta al momento en que un médico le da el diagnóstico y sentencia -parálisis de por vida-, para empezar el camino de terapias y recaídas, entre litúrgicas sesiones de alcohólicos anónimos y lecciones sobre lo que entonces va a ser su sexualidad.

Fue difícil, en la presentación a los medios, arrancarle alguna frase a Phoenix, que parecía interesado en demostrar que no le gustan los festivales ni hablar de sus caracterizaciones, ni la actual, ni otras anteriores, como la de Johnny Cash en “Walk de Line”.

“No tengo buenas respuestas a preguntas ‘cool’”, dijo, interrogado sobre sus silencios interpretativos, mientras el veterano Udo Kier, uno de los secundarios en la película de Van Sant, compensaba un poco su parquedad con alguna anécdota.

La cinta era el reencuentro de la Berlinale no solo con Van Sant, sino también entre este y Kier, actor del filme con el que debutó en Berlín, “Mala Noche” (1986).

Es asimismo un nuevo trabajo entre Van Sant y Phoenix, tras “To die for”, en 1996, pero tampoco a este respecto se explayó mucho su protagonista, más allá de expresar su satisfacción.

Para Phoenix, lo que hay que contar está expresado suficientemente en el filme, uno de esos productos de corte ‘made in USA’ sobre la capacidad de superación personal cuando todo falla, pero se sigue pudiendo usar correctamente la cabeza.