Autoridades soledenses rindieron ayer un homenaje póstumo a Miguel Ángel, el policía asesinado el pasado lunes en Hogares Populares Pavón.
Personal y parte de sus familiares ya lo esperaban cuando entre el sonido de las sirenas arribó el féretro con los restos de Miguel Ángel, mientras en la Comandancia lucía la bandera a media asta; al llegar, directivos de las corporaciones de Seguridad Pública Municipal de San Luis y Soledad, así como la Metropolitana, montaron una guardia de honor junto al ataúd.
El alcalde soledense Gilberto Hernández Villafuerte dio el pésame a los familiares y montó guardia de honor junto con el secretario del ayuntamiento y otros funcionarios.
Gustavo Arredondo Mata, titular de SPM de Soledad dijo que es difícil poner en palabras el último adiós a quien se le honra su recuerdo, le agradeció su servicio a la ciudadanía y su entrega diaria como la de toda persona que sale de casa portando un uniforme, “se le reconoce el compromiso que tuvo para con la sociedad y su familia”.
Se hizo el pase de lista y se lanzaron tres salvas en su honor, seguidas de un minuto de aplausos y otro largo silencio mientras cada uno de los integrantes de los diversos grupos de la corporación pasaron a darle el último adiós.
Miguel Ángel tenía siete años de servicio y pertenecía a Fuerzas Municipales; luego del homenaje póstumo, se celebró la misa de cuerpo presente en la Iglesia de Soledad y luego se le trasladó al cementerio del Saucito.
Personal y parte de sus familiares ya lo esperaban cuando entre el sonido de las sirenas arribó el féretro con los restos de Miguel Ángel, mientras en la Comandancia lucía la bandera a media asta; al llegar, directivos de las corporaciones de Seguridad Pública Municipal de San Luis y Soledad, así como la Metropolitana, montaron una guardia de honor junto al ataúd.
El alcalde soledense Gilberto Hernández Villafuerte dio el pésame a los familiares y montó guardia de honor junto con el secretario del ayuntamiento y otros funcionarios.
Gustavo Arredondo Mata, titular de SPM de Soledad dijo que es difícil poner en palabras el último adiós a quien se le honra su recuerdo, le agradeció su servicio a la ciudadanía y su entrega diaria como la de toda persona que sale de casa portando un uniforme, “se le reconoce el compromiso que tuvo para con la sociedad y su familia”.
Se hizo el pase de lista y se lanzaron tres salvas en su honor, seguidas de un minuto de aplausos y otro largo silencio mientras cada uno de los integrantes de los diversos grupos de la corporación pasaron a darle el último adiós.
Miguel Ángel tenía siete años de servicio y pertenecía a Fuerzas Municipales; luego del homenaje póstumo, se celebró la misa de cuerpo presente en la Iglesia de Soledad y luego se le trasladó al cementerio del Saucito.
