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La diseñadora Donatella Versace deslumbró ayer en la Semana de la Moda femenina de Milán con un desfile en el que utilizó una extraordinaria explosión de colores y una mezcla de tejidos, con los que jugó sin límites y demostró que en este mundo todo vale.
Así, presentó vestidos realizados con camisas en tejidos de lana unidos a faldas de cuero, o chaquetas de “motero” con una parte en piel y otra en punto.
Los abrigos de pelo y estampado de rombos en verde y negro se lucieron cerrados, sin permitir ver las camisas interiores, pero sí faldas de cuadros rojos y azules.
Los vestidos con mezcla de estampado múltiple y animal, al mismo tiempo, se alternaron con abrigos de cuadros negros y morados y minifaldas de tablas de colegiala en morado, amarillo, verde y azul.
Versace también dejó claro que la moda es para todo el mundo y presentó a una decena de modelos con el cabello cubierto con velos también de colores y estampados diversos.
Como complementos, utilizó maxipendientes de borlas y collares grandes dorados, así como pequeños bolsos bandolera, de asa plateada.
Roberto Cavalli
Antes que Versace fue el turno de Roberto Cavalli, que tomó el negro por bandera y lo utilizó para confeccionar largos vestidos, de tejidos vaporosos y con transparencias, abrigos de piel, pantalones de cuero y jerséis de lana.
