Terry Gilliam sorprende

Con su exuberancia creativa en la Ópera de París

Terry Gilliam sorprende

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París.- El actor y director británico Terry Gilliam trasladó ayer su excentricidad a la Ópera nacional de París en el estreno de “Benvenuto Cellini”, de Hector Berlioz, aplaudida versión que por momentos convirtió el escenario de la capital gala en un carnaval.

Gilliam, que había reconocido en los medios franceses que dirigir y firmar la escenografía de este montaje era un desafío, sobre todo para un “cobarde” como él, vio recompensado el esfuerzo con las ovaciones que cerraron el espectáculo, que regó el patio de butacas de confetis en su inicio y final.

Esta ópera cómica en dos actos se sitúa en la Roma de 1532 y está inspirada en la historia del escultor y orfebre italiano Benvenuto Cellini, nacido en Florencia en 1500 y fallecido con 71 años.

Cellini, interpretado por el tenor estadounidense John Osborn, se enfrenta al escultor Fieramosca por un encargo del papa Clemente VII y por el amor de Teresa, prometida con Fieramosca pero enamorada realmente de él.

Teresa y Fieramosca son una invención, y el Perseo con la cabeza de Medusa que decoraría la Plaza de la Señoría de Florencia fue solicitado en verdad por el duque Cosme I de Medici, licencias del libreto de Berlioz que no han impedido esta vez el éxito del montaje.

Porque su primera representación también en la Ópera de París, el 10 de septiembre de 1838, fue, según ha trascendido, uno de los desastres más famosos de la historia operística.

La institución parisina destaca que los críticos calificaron de vulgar los versos y la dramaturgia y de excéntrica la música de Berlioz, que la retiró en marzo del año siguiente del cartel, adonde no volvió hasta 1972.