No todo es acoso en el disgusto de las mujeres: Lamas

“Hay conductas que molestan, no porque nos chiflen, sino por una circunstancia de desigualdad”

No todo es acoso en el disgusto de las mujeres: Lamas

A-AA+


“Si a todo llamamos acoso, no nos sirve. No todo es acoso”, opinó Marta Lamas Encabo, profesora-investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en su visita a la capital potosina.

Valoró que hay un nivel de disgusto entre las féminas, pero no porque les digan guapas, les chiflen o “de repente alguien se te frote” en el metro, sino por toda una circunstancia de desigualdad laboral, entre muchas cosas.

La académica feminista enfatizó que es importante reconocer conductas que molestan, pues muchas féminas están diciendo “¡Basta ya!” a las prácticas de prepotencia machista, no solo al acoso.

En entrevista con medios de información locales, la investigadora recalcó que un piropo no es lo mismo que una grosería, que un manoseo o que alguien que todos los días esté fastidiando.

Argumentó que recientemente el concepto de acoso, se ha utilizado como un significante para hablar de machismo.

Analizó que abajo de todo el debate al respecto, existe la configuración de una problemática llamada el arreglo entre los sexos, la división sexual del trabajo, la doble carga de trabajo de cuidado y la atención que tienen las mujeres y “que los hombres no le entran”.

“¿Qué va a pasar con el intercambio (sexual)? Que es una práctica muy conocida, no solo en el mundo del espectáculo; de las oficinas. Una promoción ‘sales conmigo, te doy’. Es decir, dada la situación de precariedad que hay, yo no me pondría en un plan puritano de decir: ¡No, nadie haga intercambio¡, pero es distinto a hacer un intercambio, a ser acosada”, sostuvo.

Previo a impartir una conferencia en el Centro Cultural Universitario Bicentenario de la UASLP como parte del VI Congreso Nacional de Ciencias Sociales del Consejo Mexicano de Ciencias Sociales (COMECSO), indicó que sólo en 16 estados del país aparecen los conceptos de delitos sexuales en sus legislaciones, es decir, acoso sexual, abuso sexual y hostigamiento sexual. “Si las mujeres no tuviéramos miedo a ser acosadas o los hombres miedo que los acusen de acoso, pues podríamos hasta tener más flexibilidad en lo sexual”, concluyó.