Restaurante Joe T. Garcia’s, la suculenta comida mexicana de Fort Worth

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Con capacidad máxima para 16 personas, el restaurante Joe T. Garcia’s abrió sus puertas el 4 de julio de 1935 en Fort Worth, y 83 años después, puede albergar hasta mil 600 clientes que en fines de semana hacen larga fila para degustar de sus platillos mexicanos.

“Mis abuelos Joe y Jessie eran de México y llegaron aquí con el objetivo de crecer económicamente. Mi abuelo José venía de La Piedad, Michoacán, y mi abuela tenía excelente sazón y muchas recetas que gustaban a cualquiera”, platicó Zurella Lancarte, una de las propietarias de Joe T. Garcia’s.

Cuando levantaron la cortina, dijo, tenían tan sólo 16 sillas para sentar a la gente. Preparaban tacos de carne, frijol y arroz. La publicidad de boca en boca hizo que, con el paso del tiempo, el pequeño local alcanzara fama, por lo que a pocos meses de haber abierto, sus instalaciones ya eran insuficientes para recibir a una larga fila de comensales.

“En la actualidad podemos recibir aproximadamente a mil 600 personas y la fila para entrar llega a ser de entre 150 y 200 visitantes, tanto gringos como mexicanos.

“Ya son cuatro las generaciones de clientes que nos visitan. En domingo vienen familias enteras y reservan las mesas más grandes. Ahí están los abuelos, los hijos, los sobrinos y los nietos”, resaltó en entrevista con Notimex.

El platillo que más se consume por los estadunidenses son las fajitas y las enchiladas con la receta secreta de su abuela Jessie, mejor conocida como "Mamasuez". Las tortillas de maíz hechas a mano también son extensamente solicitadas.

“Los mexicanos radicados aquí o quienes vienen de vacaciones, prefieren los chiles rellenos, el bistec ranchero, las quesadillas o unos nachos. La salsa que hacemos es especial. No nos caracteriza bañar el guisado con ella, son apenas ligeros toques”, explicó.

Entre los platillos que se pueden solicitar a la carta están: chilaquiles, huevos rancheros, chorizo y papas con huevo, menudo, migas, sopa de tortilla, huevos a la mexicana, fajitas de pollo, enchiladas con queso, guacamole, flautas de pollo, tamales y chiles rellenos, entre otros.

Un total de 200 personas, entre meseros, cajeros, garroteros, cocineros y de limpieza trabajan en el lugar. La mayoría habla inglés y español. Muchos de ellos son mexicanos, pero también hay brasileños y estadunidenses.

En aras de ofrecer una mejor atención, se comunican en el idioma que utilice el comensal y, de esta manera, lo hacen sentir como en casa.

Para la década de 1970, Joe T. Garcia's era uno de los restaurantes más populares no sólo en Fort Worth, sino en Dallas, por lo que en esa época los propietarios optaron por ampliar aún más el lugar.

Primero se agregó un pequeño patio con piscina y cabaña, pero no fue suficiente. Más tarde optaron por otro patio, una fuente como decoración y más mesas al aire libre, así como una sala de fiestas.

Alrededor destacan jardineras, árboles y macetas con todo tipo de plantas, de modo que el espacio pareciera un excelente spa para sentirse relajado al comer.

La decoración del lugar resalta con diversos motivos mexicanos. En las paredes lucen cuadros típicos del charro montando su caballo y al lado pencas de nopal y maguey. También sobresalen jarrones de talavera y muñecas con vestidos regionales. Todo el mobiliario fue traído desde Guadalajara, según contó Zurella Lancarte.

“Aquí han venido todas las celebridades que se puedan imaginar, pues les gusta mucho la comida mexicana. Han llegado todos los presidentes de Estados Unidos. Aquí estuvieron George Bush y su hijo, John F. Kennedy y hasta The Rolling Stones”, destacó.

Incluso, en otros muros del restaurante Joe T. Garcia’s sobresalen fotografías de varios famosos que ahí estuvieron y que dejaron su firma plasmada en agradecimiento por la atención y como grato recuerdo.

Son seis hermanos los actuales propietarios del negocio (Lanny, Joe, Jesse, Phillip, Liz y Zurella), pero cuatro están concentrados las 24 horas del día en él.

“No sé si exista una fórmula perfecta para lograr que un restaurante perdure por tantos años con platillos de otro país, pero creo que el estilo de la cocina, las recetas originales y el amor que le tenemos a este negocio, nos hace permanecer”, concluyó Zurella Lancarte.