Afirma EUA que corrupción e ingobernabilidad amenazan sus intereses

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La corrupción y débil gobernabilidad son una amenaza a la estabilidad global y a los intereses de Estados Unidos, afirmó hoy el Departamento de Estado en su reporte sobre Derechos Humanos en el mundo 2017.

El informe coloca como ejemplos notorios a Rusia, Irán y Corea del Norte como países “que violan los derechos humanos de aquellos dentro de sus fronteras diariamente y, como resultado, son fuerzas de inestabilidad”.

“Algunos gobiernos han sido incapaces de mantener la seguridad y cumplir las necesidades básicas de sus pueblos, mientras otros simplemente no han estado dispuestos a hacerlo”, indicó el informe que examina la situación humanitaria e 200 países y territorios.

Al presentar el reporte en el Departamento de Estado, el subsecretario de Estado en funciones, John Sullivan, fustigó asimismo los “horrendos” abusos humanitarios en Siria, incluyendo el bombardeo de civiles, ataques a hospitales y reportes generalizados de violaciones sexuales por funcionarios sirios.

Sullivan hizo por otra parte un llamado al gobierno de Rusia para poner fin a la ocupación de Crimea, los abusos en regiones de Ucrania, así como acabar con la impunidad y las violaciones en Chechenia.

De América Latina, Sullivan singularizó la situación humanitaria en Venezuela y acusó personalmente al presidente Nicolás Maduro de reprimir a su pueblo y de negarle el derecho de tener una voz en el gobierno.

“Miles dejan el país diariamente en respuesta a esta creciente crisis humanitaria”, resaltó.

Al respecto recordó que durante la reciente Cumbre de las Américas, el vicepresidente Mike Pence anunció 16 millones de dólares en ayuda humanitaria para quienes han salido de Venezuela y necesitan “desesperadamente” alimentos, agua y medicinas.

A nivel general, el informe sostiene que Estados Unidos no sólo promueve la libertad como principio e interés, sino que continuará apoyando a aquellos que alrededor del mundo luchan por la dignidad humana y la libertad.

Por países, el informe describe a Rusia como altamente centralizado, con un sistema político autoritario dominado por el presidente Vladimir Putin.

El reporte sostiene que los principales asuntos más significativos de derechos humanos comprenden asesinatos extrajudiciales, incluidas personas de la comunidad LGBT, desapariciones y tortura sistemática que en ocasiones resultó en la muerte de detenidos.

Asimismo, señala que la ocupación y “anexión” de la península de Crimea continuar afectando de manera significativa y negativa los derechos humanos en la zona.

De Irán, el reporte deplora un “alto número” de ejecuciones por crímenes que no cumplen con el estándar legal internacional del “crimen más serio” y sin que existan juicios justos, especialmente de jóvenes, así como desapariciones por parte de agentes gubernamentales, tortura y duras condiciones carcelarias.

Sobre Corea del Norte, el Departamento de Estado lamenta que el pueblo norcoreano padezca “aborrecibles violaciones de sus derechos humanos por parte del gobierno en casi todas las categorías: asesinatos extrajudiciales, desapariciones forzada".

En el caso de China, el informe describe al país asiático como un “Estado autoritario” y enumera las detenciones arbitrarias, ejecuciones sin debido proceso, tortura, confesiones bajo coerción y la existencia de “cárceles negras” para arrestos fuera de la ley.

El embajador Michael Kozak defendió la autoridad moral de Estados Unidos de hablar de abusos en otros países a pesar de que algunos periodistas le recordaron los ataques del presidente Donald Trump a medios informativos y la decisión de excluir a miembros de la comunidad LGBT del ejército.

“A los países que criticamos por limitar la libertad de prensa es por cosas como tener leyes contra la difamación donde puede ser arrestado por lo que digas, eliminación de licencias a medios informativos o en muchos casos, de matar a los periodistas”, dijo.

“Creo que hacemos una distinción entre el hecho de que un líder político diga que una historia no es exacta o use palabras más fuertes y usar el poder del Estado para evitar que un periodista haga su trabajo”, justificó Kozak, director de la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo.