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El año pasado, 14 mil personas extranjeras solicitaron asilo en México, siendo los ciudadanos hondureños los principales solicitantes y en segundo lugar, personas venezolanas, revelaron datos del informe “Ignoradas y Sin Protección. La Mortal Devolución de Personas Centroamericanas Solicitantes de Asilo desde México”, realizado por la organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI).
De la cifra anterior, todavía 7 mil peticiones se encuentran en trámite ante las instancias correspondientes, y sólo alrededor del 20 por ciento de los peticionarios han sido reconocidos como refugiados.
Al respecto, Madeleine Penman, investigadora de la Organización No Gubernamental (ONG), sostuvo que México tiene la capacidad para recibir a esos migrantes e incluso, a un número mayor de personas.
Sentenció que el gobierno mexicano -encabezado por el priista Enrique Peña Nieto- tiene una doble moral y una cierta hipocresía, pues critica las acciones de Estados Unidos en contra de los connacionales, sin embargo, los agentes migratorios cometen actos similares hacia la comunidad de Centroamérica.
Madeleine Penman indicó que según estimaciones de organismos internacionales, cada año ingresan por la frontera sur de México entre 400 mil y 500 mil personas.
En este respecto, citó que de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de las estimaciones anteriores se calcula que hasta la mitad del flujo poblacional se debe a que huye de su país por temor a perder la vida.
En entrevista previo a la presentación del estudio divulgado este día en la Casa del Migrante de la Iglesia católica local, señaló que los ciudadanos extranjeros detenidos por el Instituto Nacional de Migración (INM) son repatriados sin que se les hayan explicado sus derechos como migrantes, lo cual va en contra del derecho mexicano e internacional.
Sentenció que la investigación advierte, que pese a las solicitudes de los ciudadanos centroamericanos sobre asilo y refugio por el riesgo latente de perder la vida en su país natal, la autoridad migratoria desestima las peticiones y termina por deportarlos.
“Están siendo regresados, aunque manifiestan la necesidad de protección y miedo por su vida (...) Todas las personas que entran a México con o sin papeles, tienen el derecho a pedir asilo y refugio en México. El gobierno mexicano obviamente tiene derecho a escoger a quien reconoce como un refugiado y no”, concluyó.
