Localizan tambos con ácido y restos humanos en Tonalá

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Tras más de 36 horas de trabajo pericial en una finca de la colonia Rancho de la Cruz, en Tonalá, relacionada con la búsqueda de los tres estudiantes de cine desaparecidos el 19 de marzo en ese municipio, la Fiscalía de Jalisco extrajo tres tambos con ácido y evidencias de que en ellos se deshicieron cuerpos.
Personal del gobierno del estado explicó a EL UNIVERSAL que a pesar de este hallazgo, se seguía buscando algún elemento del que se pudiera extraer ADN para poder hacer compulsas con el banco genético que se tiene de personas desaparecidas y tratar de lograr alguna identificación.
El operativo, en el que también participó la Policía Federal, inició a las 10 de la mañana del miércoles y fue encabezado por la fiscal central, Marisela Gómez Cobos. Algunos vecinos explicaron que los dueños de la casa en cuestión viven en Estados Unidos y la tenían en renta. Estuvo varios años vacía porque pedían 3 mil 500 pesos mensuales, un precio alto para la zona. Sin embargo, hace aproximadamente siete meses fue ocupada por personas que llegaban en "camionetas llamativas".
Después de 24 horas de labores, la fiscalía solicitó apoyo de personal del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) para inspeccionar los drenajes en busca de más indicios; por la tarde, un camión de carga con caja cerrada se llevó los tambos con ácido al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses. La finca quedó bajo resguardo de la fiscalía.
Por su parte, el fiscal para Personas Desaparecidas, José Raúl Rivera —quien fue nombrado en el cargo el pasado lunes—, negó revelar hallazgo de restos en la finca, como se difundió la mañana de ayer en una entrevista radiofónica.
Alrededor de 500 personas marcharon este jueves desde la Glorieta de los Niños Héroes, simbólicamente rebautizada como Glorieta de los Desaparecidos, hasta el Palacio de Gobierno, en el centro de Guadalajara, para exigir la aparición con vida de Javier Salomón Aceves Gastélum, Jesús Daniel Díaz y Marco Ávalos, pues se cumplió un mes de su desaparición y el plazo autoimpuesto por el gobernador Aristóteles Sandoval para encontrarlos.