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Totalmente renovado y tras dos años de obras, el emblemático Teleférico de Zacatecas entró a la fase de pruebas, se espera que sea reinaugurado el próximo 5 de mayo.
Desde 1979, cuando se inauguró, el teleférico se convirtió en un atractivo icónico de la zona, sin embargo, hace más de dos años una fisura en un cable alertó que su vida útil había concluido. Entonces se planteó que en seis meses podría ser restaurado, sin embargo una serie de complicaciones alargaron el proceso.
Ahora, con sus nuevas siete cabinas, que tendrán capacidad total para 48 personas por vuelta, este transporte aéreo volverá a conquistar los cielos y a los turistas que diariamente pasean por las calles de la ciudad colonial de Zacatecas.
El nuevo teleférico tendrá un recorrido de 675 metros con una velocidad variable de cinco metros por segundo. Seis cabinas tendrán una capacidad de ocho personas cada una. La séptima canastilla, con espacio para cuatro personas, tiene piso de acrílico transparente que permite una visibilidad de 360 grados.
Obra de altura. El teleférico, que atraviesa el Centro Histórico de la ciudad, fue inaugurado en octubre de 1979, entonces la distancia del recorrido era de 617 metros entre sus dos estaciones: una ubicada en el Cerro de la Bufa y la otra en el Cerro del Grillo, que están a dos mil 566 y dos mil 471 metros sobre el nivel del mar, respectivamente.
Para ese tiempo, cada una de sus dos cabinas tenía capacidad para ocho personas, con una velocidad de dos metros por segundo.
Desde su construcción, se proyectó que la vida útil del teleférico sería de 30 años, es decir, que en 2009 caducaría. Cinco años después de lo previsto, en 2014, fue evidente el desgaste, comenzaron constantes reportes de problemas para encontrar las refacciones, que urgían para dar un correcto mantenimiento al sistema.
Aunado a esto, se sumó la necesidad de modernizar el suministro de energía eléctrica. En ocasiones, cuando se iba la luz, las dos cabinas quedaban paralizadas más de 15 minutos.
"La gente se ponía nerviosa, más cuando comenzaban los lloriqueos de los niños", explica un operador que prefiere no decir su nombre.
En diciembre de 2015 la administración del ex gobernador Miguel Alonso Reyes dio a conocer un proyecto de renovación para el teleférico. Se estipuló que iniciaría en enero de 2016 y se suspenderían los servicios por seis meses. La obra tendría un costo total de 86 millones de pesos.
Para el servicio se contrató a Poma, una patente de origen francés. Asimismo, la empresa colombiana Ingecable del Quindio, fue designada encargada de la obra civil.
Todo indicaba que la obra comenzaría, el teleférico era uno de los espacios más visitados, en 2015 hubo de cerca de 250 mil visitantes. Sin embargo, una observación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que consideraba que los trabajos dañarían la imagen urbana de la capital, retrasó la renovación.
La observación de la instancia federal generó incertidumbre y pugnas mediáticas que consumieron el tiempo, pero no se modificó el proyecto, ya que el 5 de septiembre de 2016 se comenzaron a desmontar las dos cabinas para dar inicio a la obra. No obstante, los trabajos fueron detenidos en noviembre siguiente, ante la insistencia del INAH.
Con el cierre del teleférico los comerciantes de la zona tuvieron pérdidas de hasta el 80% de sus ganancias.
En marzo de 2017, ya con el gobernador Alejandro Tello al frente del estado, finalmente se entregó la nueva estrategia de trabajo, que fue aprobada por el INAH. Se proyectó que en la obra de ejecución se recorrería la estación de La Bufa poco más de 20 metros y sería de julio de 2017 a marzo de 2018.
En ese momento, refiere Yadira Galván Sánchez, directora general del Sistema Estatal de Desarrollo Integral de la Familia (Sedif), instancia que se encarga de la operación del lugar, el reporte financiero señalaba que la administración anterior había ejercido 83.16 millones de pesos, pero estaba pendiente cubrir el compromiso de pago de la tercera etapa con la empresa francesa.
A esa cifra se sumaron siete millones de pesos, para pagar a una empresa zacatecana, encargada de la instalación y calibración del sistema eléctrico, que se licitó en junio de 2017. Finalmente, el monto total del proyecto de modernización del teleférico fue de 103.097 millones de pesos.
El gobernador Alejandro Tello informó que las antiguas cabinas serán piezas de exhibición, pues formaron parte del paisaje de la ciudad durante casi cuatro décadas.
Desde 1979, cuando se inauguró, el teleférico se convirtió en un atractivo icónico de la zona, sin embargo, hace más de dos años una fisura en un cable alertó que su vida útil había concluido. Entonces se planteó que en seis meses podría ser restaurado, sin embargo una serie de complicaciones alargaron el proceso.
Ahora, con sus nuevas siete cabinas, que tendrán capacidad total para 48 personas por vuelta, este transporte aéreo volverá a conquistar los cielos y a los turistas que diariamente pasean por las calles de la ciudad colonial de Zacatecas.
El nuevo teleférico tendrá un recorrido de 675 metros con una velocidad variable de cinco metros por segundo. Seis cabinas tendrán una capacidad de ocho personas cada una. La séptima canastilla, con espacio para cuatro personas, tiene piso de acrílico transparente que permite una visibilidad de 360 grados.
Obra de altura. El teleférico, que atraviesa el Centro Histórico de la ciudad, fue inaugurado en octubre de 1979, entonces la distancia del recorrido era de 617 metros entre sus dos estaciones: una ubicada en el Cerro de la Bufa y la otra en el Cerro del Grillo, que están a dos mil 566 y dos mil 471 metros sobre el nivel del mar, respectivamente.
Para ese tiempo, cada una de sus dos cabinas tenía capacidad para ocho personas, con una velocidad de dos metros por segundo.
Desde su construcción, se proyectó que la vida útil del teleférico sería de 30 años, es decir, que en 2009 caducaría. Cinco años después de lo previsto, en 2014, fue evidente el desgaste, comenzaron constantes reportes de problemas para encontrar las refacciones, que urgían para dar un correcto mantenimiento al sistema.
Aunado a esto, se sumó la necesidad de modernizar el suministro de energía eléctrica. En ocasiones, cuando se iba la luz, las dos cabinas quedaban paralizadas más de 15 minutos.
"La gente se ponía nerviosa, más cuando comenzaban los lloriqueos de los niños", explica un operador que prefiere no decir su nombre.
En diciembre de 2015 la administración del ex gobernador Miguel Alonso Reyes dio a conocer un proyecto de renovación para el teleférico. Se estipuló que iniciaría en enero de 2016 y se suspenderían los servicios por seis meses. La obra tendría un costo total de 86 millones de pesos.
Para el servicio se contrató a Poma, una patente de origen francés. Asimismo, la empresa colombiana Ingecable del Quindio, fue designada encargada de la obra civil.
Todo indicaba que la obra comenzaría, el teleférico era uno de los espacios más visitados, en 2015 hubo de cerca de 250 mil visitantes. Sin embargo, una observación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que consideraba que los trabajos dañarían la imagen urbana de la capital, retrasó la renovación.
La observación de la instancia federal generó incertidumbre y pugnas mediáticas que consumieron el tiempo, pero no se modificó el proyecto, ya que el 5 de septiembre de 2016 se comenzaron a desmontar las dos cabinas para dar inicio a la obra. No obstante, los trabajos fueron detenidos en noviembre siguiente, ante la insistencia del INAH.
Con el cierre del teleférico los comerciantes de la zona tuvieron pérdidas de hasta el 80% de sus ganancias.
En marzo de 2017, ya con el gobernador Alejandro Tello al frente del estado, finalmente se entregó la nueva estrategia de trabajo, que fue aprobada por el INAH. Se proyectó que en la obra de ejecución se recorrería la estación de La Bufa poco más de 20 metros y sería de julio de 2017 a marzo de 2018.
En ese momento, refiere Yadira Galván Sánchez, directora general del Sistema Estatal de Desarrollo Integral de la Familia (Sedif), instancia que se encarga de la operación del lugar, el reporte financiero señalaba que la administración anterior había ejercido 83.16 millones de pesos, pero estaba pendiente cubrir el compromiso de pago de la tercera etapa con la empresa francesa.
A esa cifra se sumaron siete millones de pesos, para pagar a una empresa zacatecana, encargada de la instalación y calibración del sistema eléctrico, que se licitó en junio de 2017. Finalmente, el monto total del proyecto de modernización del teleférico fue de 103.097 millones de pesos.
El gobernador Alejandro Tello informó que las antiguas cabinas serán piezas de exhibición, pues formaron parte del paisaje de la ciudad durante casi cuatro décadas.