DEBATE 2018: AMLO, con la misión de esquivar golpes

DEBATE 2018: AMLO, con la misión de esquivar golpes

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CIUDAD DE MÉXICO (EL UNIVERSAL).- Andrés Manuel López Obrador, abanderado de la coalición Juntos Haremos Historia, espera que en el primer debate entre candidatos presidenciales sus adversarios concentren baterías y ataques en su contra.
Según el equipo del tabasqueño, la estrategia es no responder a la andanada de señalamientos para concentrarse en sus propuestas para jóvenes, adultos mayores, economía, seguridad y apoyo al campo.
El ex jefe de Gobierno del DF llega al debate con la etiqueta de candidato puntero, según él ha dicho y han registrado distintos sondeos de opinión.
Según su equipo, esto lo hará blanco principal de los ataques de sus contrincantes.
Sin embargo, López Obrador luce despreocupado, se concentra en su agenda diaria y el debate no le quita el sueño. Sin embargo, la principal debilidad del oriundo de Tepetitán es que se engancha en los señalamientos. Su mismo equipo y la gente que lo conoce le recomiendan que no responda a acusaciones.
"Sabemos que hay una intención muy clara de que todos vayan contra él. Hay dos cosas que tiene que trabajar. Una, no perder la calma ni tomárselo personal y, dos, enfocarse en propuestas", detalla a EL UNIVERSAL Tatiana Clouthier, coordinadora de campaña de López Obrador.
Pese a que su hablar pausado podría ser un "hándicap", el candidato tiene una habilidad para contrarrestar y responder a sus oponentes, muchas veces de manera jocosa.

Que la tercera sea la vencida
La mañana del 13 de enero pasado, Beatriz Gutiérrez Müller celebraba su cumpleaños 49 con una pequeña rebanada de pastel de chocolate. Solo, sentado frente a ella, estaba Andrés Manuel López Obrador, su esposo, quien le cantaba a capela Las mañanitas en un sencillo restaurante de Tampico.
La pareja ha pasado así los últimos 12 años de su vida. López Obrador es un fanático del beisbol, lo practica cada que tiene un respiro en su vida política.
Aquel estudiante de la UNAM que se tituló de la carrera de Ciencias Políticas con 7.8 de promedio, ahora va por su tercer intento por la Presidencia.
Pero a sus 64 años de edad, su andar es más lento. Se acentuó también su hablar pausado. Sin embargo, según su equipo, sigue siendo el mismo necio y terco de siempre.
Descansa poco, en todo momento viaja en el asiento del copiloto de su vehículo, le gusta charlar con sus dos choferes mientras recorren las carreteras.
Su gente cercana también lo ve distinto, ya no es aquel de oídos cerrados que pasa de largo las propuestas de sus colaboradores cercanos. Escucha, atiende las estrategias y ha cambiado su discurso del "cállate chachalaca", al "amor y paz".