Renuncia primer ministro de Armenia tras 11 de días de protestas

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El primer ministro de Armenia, Serzh Sarkisian, renunció hoy a su cargo tras 11 días de protestas de la oposición contra el intento de extender su gobierno y luego que cientos de soldados armenios se unieron a las manifestaciones.

“El líder opositor y de las protestas Nikol Pashinian tenía razón y yo estaba equivocado. La situación que se ha generado tiene varias soluciones, pero no acepto ninguna de ellas. No es mi estilo. Dejo el puesto de primer ministro”, declaró Sarkisian.

En un comunicado, Sarkisian subrayó que el movimiento en las calles va contra su mandato, por lo que es mejor renunciar y cumplir las exigencias de la población, según la agencia local de prensa Armenpress.

Serzh Sarkisian fue ministro de Defensa de 2000 a 2007, ocupó el cargo de primer ministro durante un año entre 2007 y 2008 y fue presidente del país durante 10 años, hasta que fue designado la semana pasada como primer ministro.

En virtud de una reforma constitucional aprobada en 2015 y que entró en vigor este año, el país dejó de ser una república presidencial para convertise en una parlamentaria, en la que el poder político está en manos del primer ministro, mientras que el presidente tiene un papel meramente representativo.

Ante el nombramiento de Sarkisian como primer ministro, miles de manifestantes, convocados por la oposición, comenzaron el pasado 13 de abril protestas en la capital para exigir su renuncia, al acusarlo de haber reformado el sistema político con el fin de perpetuarse en el poder.

Poco antes de la dimisión de Sarkisian, cientos de soldados de las Fuerzas Armadas se sumaron a las protestas contra el gobierno, mientras el líder opositor Pashinian, en custodia policial desde el domingo, fue puesto en libertad.

El Ministerio de Defensa condenó la presencia de los uniformados en las protestas antigubernamentales y advirtió que sancionará a quienes se sumaron a las movilizaciones.

Ayer domingo, miles de personas, unos 160 mil según los opositores, se manifestaron en el centro de Ereván, en una de las mayores protestas en la historia de esta capital, de poco más de un millón de habitantes.