La Sagrada Familia

La Sagrada Familia

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Querido amigo,
Hoy hemos llegado hasta la segunda basílica más visitada en Europa, tan sólo por atrás de la de San Pedro en Roma. Este templo es el símbolo de Barcelona y de la arquitectura modernista, una obra majestuosa del ingenio humano que asombra a todos aquellos que hemos tenido la inmensa fortuna de visitarla.

Existe dos opciones para poder admirar la obra del arquitecto Antoni Gaudí, la más sencilla es tan sólo observarla desde el exterior, ya que esto no tiene costo alguno, no se necesita reservar un lugar para ingresar y consecuentemente no aplica ninguna erogación. La segunda opción consiste en reservar un lugar y pagar una módica cuota para ingresar y, entonces sí, deslumbrarse ante una de las maravillas del mundo contemporáneo.

En 1882 dio inicio la construcción del Temple Expiatori de la Sagrada Familia, la cual hoy en día permanece inconclusa, a pesar de que no se han parado los trabajos desde entonces, salvo durante las exequias fúnebres de su creador, el llamado “Arquitecto de Dios”, Antonio Gaudí. A la fecha, entonces, estos trabajos de edificación han tomado 135 años de ardua labor y admiración del mundo entero.

Todo este templo es una conjunción entre la naturaleza, el diseño y sobre todo el amor a Dios. En este lugar, considerado como la máxima obra del modernismo catalán, Gaudí logró la perfecta armonía en la interrelación entre los elementos estructurales y los ornamentales, entre la plástica y la estética, entre la función y la forma, entre el contenido y el continente.

Aquí están integradas todas las artes en un estructurado lógico y hermoso.

La puerta por la cual hemos accedido es un entramado de hermosas hojas y, entre ellas, se aprecia todo tipo de insectos a los cuales solo les falta caminar y a las hojas agitarse por el viento. Los muros de acceso muestran muy diversas escenas de Jesús, María y José, los Reyes Magos, los pastorcillos y el portal de Belén.

En el interior majestuoso, las largas columnas simulan palmeras y troncos de otros árboles; en la parte superior, las ramas de las palmeras son bañadas por toda una gama de colores que provienen de la luz solar filtrada por los vitrales multicolores, ofreciendo todo un espectáculo maravilloso y embelesador.

Sobre el altar y a gran altura pareciera ser que flota una imagen de Jesús crucificado, rodeada por un circulo luminoso, escena que conmueve hasta a los incrédulos.

Tomo la mano de Charis al tiempo que en silencio elevo mis oraciones y agradezco a Dios la oportunidad que nos ha brindado de llegar a este lugar tan maravilloso.