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La tendencia del "café selfie" recorre varios países de Asia Pacífico y la más reciente plaza que ha conquistado es Auckland, en el norte de Nueva Zelandia.
Por unos cuatro dólares estadunidenses es posible ordenar y luego beber una taza de café con la imagen del propio consumidor reproducida en la espuma, es decir, un café selfie.
La tendencia se ha asentado ya en China, Japón, Singapur y Corea del Sur desde hace unos tres años, pero ya existen reportes de que llegó a Londres.
Mira Kim, surcoreana asentada en Auckland, estableció esta tendencia en el nuevo negocio que abrió, el Café Casu, donde en la primera semana de operación vendió 50 café selfie.
Inclusive ya tengo clientes a quienes se les ha hecho costumbre venir por este específico café, dijo al sitio noticioso stuff.co.nz, al cual precisó que estima que se trata del primer negocio que expende esta peculiar bebida en esta ciudad.
La mecánica de elaboración es sencilla: el consumidor manda vía celular una fotografia de su rostro al teléfono de Mira, quien la reenvía a una impresora especial importada de China por unos dos mil 100 dólares estadunidenses, que hace el resto.
Usualmente se emplea un Flat White para reproducir la imagen, que se forma con polvo de granos de café.
Los cafés decorados con leyendas o imágenes no son algo nuevo, pero sí que ahora pueda usarse la fotografía del propio consumidor.
Y aunque se trata de una tendencia que se expande en Asia Pacífico, el pasado diciembre se comenzó a servir en una cafeteria londinense, pero empleando un capuchino para crear el selfieccino.
Esta bebida se sirve en el The Tea Terrace en Oxford Street, donde solo hay que esperar 30 segundos más para poder degustarla.
Por unos cuatro dólares estadunidenses es posible ordenar y luego beber una taza de café con la imagen del propio consumidor reproducida en la espuma, es decir, un café selfie.
La tendencia se ha asentado ya en China, Japón, Singapur y Corea del Sur desde hace unos tres años, pero ya existen reportes de que llegó a Londres.
Mira Kim, surcoreana asentada en Auckland, estableció esta tendencia en el nuevo negocio que abrió, el Café Casu, donde en la primera semana de operación vendió 50 café selfie.
Inclusive ya tengo clientes a quienes se les ha hecho costumbre venir por este específico café, dijo al sitio noticioso stuff.co.nz, al cual precisó que estima que se trata del primer negocio que expende esta peculiar bebida en esta ciudad.
La mecánica de elaboración es sencilla: el consumidor manda vía celular una fotografia de su rostro al teléfono de Mira, quien la reenvía a una impresora especial importada de China por unos dos mil 100 dólares estadunidenses, que hace el resto.
Usualmente se emplea un Flat White para reproducir la imagen, que se forma con polvo de granos de café.
Los cafés decorados con leyendas o imágenes no son algo nuevo, pero sí que ahora pueda usarse la fotografía del propio consumidor.
Y aunque se trata de una tendencia que se expande en Asia Pacífico, el pasado diciembre se comenzó a servir en una cafeteria londinense, pero empleando un capuchino para crear el selfieccino.
Esta bebida se sirve en el The Tea Terrace en Oxford Street, donde solo hay que esperar 30 segundos más para poder degustarla.
