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Ciudad de México.- El 7 de septiembre, Claudio Merino Pérez fue asesinado por un grupo de hombres armados. Su muerte fue resultado de 23 balazos que impactaron en su espalda, su cabeza y su nuca. Tenía 38 años y se le consideraba aspirante a la Presidencia Municipal de Santiago Jamiltepec, Oaxaca, por el partido Movimiento Ciudadano (MC).
Aunque el asesinato de Claudio ocurrió un día antes del arranque oficial del actual proceso electoral, con él inició un conteo de muerte que no termina. En los 254 días que han transcurrido desde entonces, 36 aspirantes y candidatos a puestos de elección popular han sido acribillados; en 18 de los casos, las autoridades policiales y testigos atribuyeron el crimen a grupos armados o comandos que emboscaron a su víctima.
De acuerdo con un recuento realizado por El Universal, hasta el 19 de mayo de los 36 aspirantes asesinados en lo que va del proceso electoral, ocho eran oficialmente candidatos, cinco se consideraban precandidatos y los otros 23 eran aspirantes. Las muertes se distribuyen por todo el país, pero se han concentrado en entidades del litoral del Pacífico; con 13 nombres, Guerrero encabeza la lista.
Le siguen Jalisco, Estado de México y Puebla con cuatro muertes cada uno. Detrás aparecen Colima, Michoacán, Chihuahua, Oaxaca y Guanajuato, con dos casos respectivamente y el conteo cierra con San Luis Potosí, con un crimen.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha sido el más golpeado: nueve de las víctimas pertenecían a sus filas, cinco de ellas en Guerrero.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) suma ocho bajas. Detrás aparecen Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano, con cinco aspirantes acribillados respectivamente. Morena figura con cuatro asesinatos, Encuentro Social lleva dos y el Partido del Trabajo (PT) y el Verde Ecologista de México (PVEM) llevan uno. Dos de las víctimas aspiraban a un cargo por la vía independiente.
Aunque el asesinato de Claudio ocurrió un día antes del arranque oficial del actual proceso electoral, con él inició un conteo de muerte que no termina. En los 254 días que han transcurrido desde entonces, 36 aspirantes y candidatos a puestos de elección popular han sido acribillados; en 18 de los casos, las autoridades policiales y testigos atribuyeron el crimen a grupos armados o comandos que emboscaron a su víctima.
De acuerdo con un recuento realizado por El Universal, hasta el 19 de mayo de los 36 aspirantes asesinados en lo que va del proceso electoral, ocho eran oficialmente candidatos, cinco se consideraban precandidatos y los otros 23 eran aspirantes. Las muertes se distribuyen por todo el país, pero se han concentrado en entidades del litoral del Pacífico; con 13 nombres, Guerrero encabeza la lista.
Le siguen Jalisco, Estado de México y Puebla con cuatro muertes cada uno. Detrás aparecen Colima, Michoacán, Chihuahua, Oaxaca y Guanajuato, con dos casos respectivamente y el conteo cierra con San Luis Potosí, con un crimen.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha sido el más golpeado: nueve de las víctimas pertenecían a sus filas, cinco de ellas en Guerrero.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) suma ocho bajas. Detrás aparecen Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano, con cinco aspirantes acribillados respectivamente. Morena figura con cuatro asesinatos, Encuentro Social lleva dos y el Partido del Trabajo (PT) y el Verde Ecologista de México (PVEM) llevan uno. Dos de las víctimas aspiraban a un cargo por la vía independiente.