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Jesús Carlos Cabrero Romero/Foto: Archivo
El individualismo egocéntrico, se ha vuelto una “gran tentación” en el matrimonio, los hijos y en la familia, alertó Jesús Carlos Cabrero Romero, arzobispo de la Arquidiócesis de San Luis Potosí.
De acuerdo con el jerarca católico local, la negatividad, la tristeza, la acedia cómoda, consumista y egoísta, el individualismo y otras formas de “falsa espiritualidad”, han sugestionado las vidas de los creyentes.
Para el prelado potosino, todo lo referido ha repercutido de manera negativa y desfavorable en el seno familiar, con los compañeros del empleo y con los amigos.
Cabrero Romero asumió que el miedo y la falta de entusiasmo necesitan ser erradicadas, a fin de que la justicia, el amor y la paz llenen de esperanza a cada uno de los hogares de los potosinos.
En su colaboración “Que sople el viento de Pentecostés en nuestras familia”, publicado este día en el semanario parroquial de “La Red”, argumentó que la actualidad “parece” ser el tiempo más pesado de la historia.
Por todo lo anterior, el arzobispo sentenció que: “La presencia del Espíritu Santo es necesaria para que, además de escuchar, invoquemos la disponibilidad de confrontarnos con seriedad sinceridad, de manera abierta y fraterna”.
El individualismo egocéntrico, se ha vuelto una “gran tentación” en el matrimonio, los hijos y en la familia, alertó Jesús Carlos Cabrero Romero, arzobispo de la Arquidiócesis de San Luis Potosí.
De acuerdo con el jerarca católico local, la negatividad, la tristeza, la acedia cómoda, consumista y egoísta, el individualismo y otras formas de “falsa espiritualidad”, han sugestionado las vidas de los creyentes.
Para el prelado potosino, todo lo referido ha repercutido de manera negativa y desfavorable en el seno familiar, con los compañeros del empleo y con los amigos.
Cabrero Romero asumió que el miedo y la falta de entusiasmo necesitan ser erradicadas, a fin de que la justicia, el amor y la paz llenen de esperanza a cada uno de los hogares de los potosinos.
En su colaboración “Que sople el viento de Pentecostés en nuestras familia”, publicado este día en el semanario parroquial de “La Red”, argumentó que la actualidad “parece” ser el tiempo más pesado de la historia.
Por todo lo anterior, el arzobispo sentenció que: “La presencia del Espíritu Santo es necesaria para que, además de escuchar, invoquemos la disponibilidad de confrontarnos con seriedad sinceridad, de manera abierta y fraterna”.
