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Foto: Especial
El vicecoordinador político del PT en el Senado, Luis Humberto Fernández, criticó que la respuesta del gobierno federal a través del secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, contra la violencia política ha sido tan decepcionante como inútil.
"A 43 días de la elección, la administración de Enrique Peña Nieto es omisa en su responsabilidad para mantener el control de la violencia política frente a una gobernabilidad más frágil y desdibujada", dijo.
En un comunicado, advirtió que existe la intención de algunos grupos de tratar de generar acciones que desestabilicen al INE, así como la ausencia de ideas por parte del gobierno federal para frenar la violencia política en el proceso electoral.
El senador cuestionó que existen testimonios denunciando "a mentes perversas", que recientemente encargaron estudios e informes que, por su intencionalidad, delatan un cierto impulso por provocar una crisis constitucional en México.
Lamentó que frente a la crisis que representa el número de asesinatos de actores políticos, el estado mexicano no ha sido capaz de proponer ni una ruta de solución, y supone que únicamente con afirmaciones detendrá la violencia.
El vicecoordinador político del PT en el Senado, Luis Humberto Fernández, criticó que la respuesta del gobierno federal a través del secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, contra la violencia política ha sido tan decepcionante como inútil.
"A 43 días de la elección, la administración de Enrique Peña Nieto es omisa en su responsabilidad para mantener el control de la violencia política frente a una gobernabilidad más frágil y desdibujada", dijo.
En un comunicado, advirtió que existe la intención de algunos grupos de tratar de generar acciones que desestabilicen al INE, así como la ausencia de ideas por parte del gobierno federal para frenar la violencia política en el proceso electoral.
El senador cuestionó que existen testimonios denunciando "a mentes perversas", que recientemente encargaron estudios e informes que, por su intencionalidad, delatan un cierto impulso por provocar una crisis constitucional en México.
Lamentó que frente a la crisis que representa el número de asesinatos de actores políticos, el estado mexicano no ha sido capaz de proponer ni una ruta de solución, y supone que únicamente con afirmaciones detendrá la violencia.