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Monterrey, NL.- La periodista de fuentes económicas del periódico El Financiero, Alicia Díaz González, de 52 años, fue asesinada a golpes en el interior de su domicilio, en la colonia Paseo Residencial, al sur de la ciudad.
Después de las 10 de la mañana de este jueves, las autoridades policiacas recibieron el reporte de Eduardo Andrés, de 20 años, hijo de la comunicadora, quien al despertar encontró el cadáver bocabajo. Según autoridades, el cuerpo tenía heridas punzocortantes en el cuello, cerca de la nuca.
Al dar a conocer el hecho, el joven afirmó que no escuchó ningún ruido o gritos de auxilio. Una fuente cercana a la familia señaló que el joven estudia de día y de noche trabaja como operador de Uber, por lo cual estaría profundamente dormido.
Por el estado de conmoción en que se hallaba Eduardo Andrés, tampoco pudo informar a la policía si faltaban objetos que pudieran indicar si se cometió algún robo en el domicilio.
De acuerdo con los primeros indicios, y a reserva de la autopsia de ley, la periodista murió a consecuencia de golpes que le propinaron en la nuca y el rostro. Hasta el cierre de esta edición, no se había determinado el posible móvil ni se tenían detenidos.
Édgar Rivera, editor local de El Financiero Monterrey, comentó que desde enero Alicia Díaz González trabajaba como colaboradora freelance; un año antes, aproximadamente, había salido de Grupo Reforma. En sus inicios se desempeñó como reportera en el periódico La Moneda, ya desaparecido. La recordó como una persona muy profesional, amable, siempre sonriente y sencilla, con quien mantenía amistad desde sus tiempos de estudiantes de Economía en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), y después como compañeros laborando en las fuentes financieras.
En la edición de este jueves apareció firmada por Díaz González una nota sobre créditos para vivienda. Además de su hijo Eduardo Andrés, a la periodista le sobrevive una hija de 12 años. De acuerdo con personas cercanas a la familia, tenía conflictos con su ex pareja.