Por fin terminó una larga espera

La feligresía del semidesierto potosino ya tiene un pastor para guiarlos

Por fin terminó una larga espera

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MATEHUALA.- Fue larga la espera para la llegada del tercer obispo de la Diócesis de Matehuala. Por fin, el Papa Francisco nombró al hombre que consideró que era el que esta diócesis del semidesierto potosino necesita.

Ayer fue un día lleno de alegría y de júbilo para el pueblo católico porque llegó su nuevo pastor, del enviado de Dios y que viene a dar esperanza, aliento y sobre todo la muy necesaria paz espiritual.

Entre los muchos invitados a la ceremonia se encontraba el gobernador Juan Manuel Carreras López y su esposa; el alcalde con licencia de Matamoros, Tamaulipas, Jesús de la Garza.

La bienvenida se le dio a las diez de la mañana en el Parque del Pueblo, lugar donde los feligreses ondeaban banderitas de El Vaticano en señal de júbilo.
Monseñor Salazar Cárdenas, se encontraba evidentemente emocionado porque ya está en casa, en su nueva diócesis.

Se emprendió una caminata por las calles Altamirano y Juárez hasta llegar a Catedral para dar inicio a la ceremonia especial en la cual se contó con la presencia del nuncio apostólico de México, Franco Coppola; del secretario de la Conferencia del Episcopado de México (CEM), monseñor Alfonso Miranda, así como más de 20 obispos y arzobispos del país.

Acompañó a don Margarito en el momento tan importante el obispo de Matamoros Tamaulipas, Eugenio Andrés Lira Rugarcía.
Se develaron las letras apostólicas al Colegio de Consultores en donde quedó asentada el acta del mandato con el cual el Papa Francisco, nombra al sacerdote Margarito Salazar Cárdenas como obispo de Matehuala.

Después de la presentación vino la homilía y la promesa del elegido, quien respondió cada una de las diez preguntas que le hicieron como el de ¿quieres cuidar del pueblo santo de Dios y dirigirlo por el camino de la salvación, con amor de padre? Monseñor Margarito contestó afirmativamente y con seguridad.

La letanía
Uno de los momentos más emotivos de la ceremonia fue aquel en que el elegido se postró en la tierra cantando las letanías de todos los santos para luego recibir la imposición de las manos. El arzobispo Cabrero Romero recibió de un diácono el libro del Evangelio y lo impuso abierto sobre la cabeza de monseñor Salazar Cárdenas.

Otro momento importante fue la unción con el Santo Crisma que se menciona ya en el Antiguo Testamento como el óleo para consagrar a los profetas.
Con la entrega de insignias se expresa la fidelidad del obispo a la Iglesia y se desposa con ella, poniéndosele el anillo. Finalmente, el nuevo obispo recibió su mitra y báculo.

El obispo saludó a Don Rodrigo Aguilar, primer obispo de Matehuala y quien hoy se encuentra en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.