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Guadalajara, Jal.- La tarde de este jueves, después de poco más de dos años bajo tierra, la tuneladora La Tapatía terminó los cuatro kilómetros del tramo subterráneo de la Línea 3 del tren ligero de Guadalajara.
Aunque la nueva línea —que en total tiene 22 kilómetros y va de Tesistán, Zapopan, a la Nueva Central Camionera, en Tonalá— debía entrar en funcionamiento en junio de este año, los retrasos han postergado la entrega de la obra hasta octubre próximo.
No obstante, concluyó una de las etapas de mayor dificultad técnica y cuya fecha de entrega estaba programada para el 1 de marzo de 2017: construir un túnel a 35 metros de profundidad con una longitud de poco más de cuatro kilómetros y pasar por el centro histórico de la ciudad sin afectar fincas catalogadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), como la catedral tapatía.
En julio de 2015 la tuneladora alemana de la marca Herrenknecht se embarcó en Valencia, España, en 180 contenedores que arribaron al puerto de Manzanillo, Colima, en agosto de ese mismo año y en septiembre llegaron a Guadalajara.
El ensamblaje de la máquina de dos mil 300 toneladas, mide 105 metros de largo y tiene un diámetro de 11.5 metros, se realizó a 30 metros bajo tierra, en la glorieta de La Normal, donde se ubica la primera estación subterránea de esta línea.
Aunque este robot de última generación pude avanzar hasta 35 metros por día a una velocidad de giro de la cabeza de corte de 3.5 revoluciones por minuto avanzó 10 metros por día debido a las complicadas condiciones del subsuelo, incluso se mandó a hacer a Italia una rueda de corte ex profeso para esta obra.
El gobernador Aristóteles Sandoval señaló que con esta obra se ha dejado de privilegiar la infraestructura para el automóvil pues además de la nueva línea se trabaja en la peatonalización de la avenida Alcalde para sacar el mayor número de autos posibles del centro tapatío.