Integridad

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En el camino hacia el autodescubrimiento y la liberación de estados mentales sufrientes (estrés, fobias, ira, depresión, soberbia, adicciones, entre otras) el reconocimiento de la integridad espiritual es esencial. Este tipo de expresión de integridad (que incluye y trasciende aquellas referencias personales, morales e incluso jurídicas) es el reconocimiento de la pureza del instante presente que sólo está para ser observado y validado, para posteriormente responder con una mente instalada en la tranquilidad esencial que expresa el Ser.

¿Cómo instalar a la mente en ese estado de tranquilidad? Iniciamos al darnos cuenta que la búsqueda del éxito, el miedo al fracaso, aversión a la muerte o apego a la vida son expresiones mentales y no la mente misma. Es decir, la mente es la manifestación de nuestra capacidad creadora y todo aquello que crea no son verdades sino simplemente imágenes e historias. El problema no es pensar, sino creer que lo que pensamos es verdad. La pureza mental, la integridad, es darnos cuenta que las pesadillas y los sueños placenteros son expresiones temporales de una mente creativa. De este modo podemos transcender los juicios mentales para, en su lugar, utilizar el discernimiento como expresión de la inteligencia para responder de forma compasiva. Esto nos lleva a soltar los enganches emocionales que son medios de referencia de la actitud egoica exacerbada y por lo tanto fuente de sufrimiento para uno mismo y los demás.

Como resultado de esta pureza mental, la cual está inundada de la calma intrínseca del Ser, nos lleva a construir pensamientos, emociones y acciones que generan un beneficio real tanto a nivel individual como colectivo. Es generar una congruencia entre Espíritu-Mente-cuerpo que se expresa con una vida satisfactoria, saludable y plena. En este estado de integridad espiritual se experimenta una calma profunda, una gratitud total y un reconocimiento de la transitoriedad personal frente a la eternidad del Ser. Sri Aurobindo afirma: “Aquello que dentro de nosotros quiere saber y progresar no es la mente, sino algo que está detrás de ella y de ella se sirve.”