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Buenos Aires.- Una supuesta depresión de Lionel Messi, capitán de la selección de futbol de Argentina, ha generado una oleada de preocupación en los medios locales con miras al desempeño del equipo en el Mundial de Rusia.
Diarios, portales, radioemisoras y programas de televisión argentinos han transmitido a lo largo de este martes numerosos análisis sobre el estado anímico de Messi después del decepcionante 1-1 con el que Argentina debutó el sábado pasado frente a Islandia.
Las luces de alerta se multiplicaron debido a que en ese partido Messi erró un penal y luego, ante los periodistas, asumió la responsabilidad del desempeño del equipo dirigido por Jorge Sampaoli.
Hasta Buenos Aires llegaron los rumores de la incertidumbre que se vive en la concentración del seleccionado en Rusia, previo al segundo choque mundialista que sostendrán el próximo jueves ante Croacia.
El problema es que un empate o una derrota pondría a Argentina al borde de la eliminación en la primera ronda de la Copa del Mundo, algo que en un país que ha sido dos veces campeón y otras dos subcampeón se viviría como una tragedia deportiva.
Las señales que preocuparon a Sampaoli y al equipo en general fueron la seriedad y aislamento con el que Messi actuó desde el sábado, así como su ausencia del festejo del Día del Padre que hicieron los jugadores junto con sus familias.
En algunos medios incluso circularon versiones sobre una posible crisis de Messi con su esposa, Antonela Rocuzzo, quien, para alejar los rumores, publicó este martes una foto en la red Instagram con la leyenda “Siempre Juntos y con Vos más que nunca”.
También destacaron la asistencia de sicólogos en la selección, que alertaron sobre los altos niveles de autoexigencia de Messi, quien desde hace años arrastra la presión de brillar con Argentina tanto como lo hace con el Barcelona.
De hecho, los medios de comunicación argentinos y los fervorosos hinchas están divididos entre quienes apoyan incondicionalmente al capitán del equipo y quienes le reclaman, y no le perdonan, que todavía no haya ganado una Copa del Mundo.
Diarios, portales, radioemisoras y programas de televisión argentinos han transmitido a lo largo de este martes numerosos análisis sobre el estado anímico de Messi después del decepcionante 1-1 con el que Argentina debutó el sábado pasado frente a Islandia.
Las luces de alerta se multiplicaron debido a que en ese partido Messi erró un penal y luego, ante los periodistas, asumió la responsabilidad del desempeño del equipo dirigido por Jorge Sampaoli.
Hasta Buenos Aires llegaron los rumores de la incertidumbre que se vive en la concentración del seleccionado en Rusia, previo al segundo choque mundialista que sostendrán el próximo jueves ante Croacia.
El problema es que un empate o una derrota pondría a Argentina al borde de la eliminación en la primera ronda de la Copa del Mundo, algo que en un país que ha sido dos veces campeón y otras dos subcampeón se viviría como una tragedia deportiva.
Las señales que preocuparon a Sampaoli y al equipo en general fueron la seriedad y aislamento con el que Messi actuó desde el sábado, así como su ausencia del festejo del Día del Padre que hicieron los jugadores junto con sus familias.
En algunos medios incluso circularon versiones sobre una posible crisis de Messi con su esposa, Antonela Rocuzzo, quien, para alejar los rumores, publicó este martes una foto en la red Instagram con la leyenda “Siempre Juntos y con Vos más que nunca”.
También destacaron la asistencia de sicólogos en la selección, que alertaron sobre los altos niveles de autoexigencia de Messi, quien desde hace años arrastra la presión de brillar con Argentina tanto como lo hace con el Barcelona.
De hecho, los medios de comunicación argentinos y los fervorosos hinchas están divididos entre quienes apoyan incondicionalmente al capitán del equipo y quienes le reclaman, y no le perdonan, que todavía no haya ganado una Copa del Mundo.
