A 10 años, sólo quiero saber si mi hijo sufrió al morir: mamá de un fallecido en New' s Divine

A 10 años, sólo quiero saber si mi hijo sufrió al morir: mamá de un fallecido en New s Divine

A-AA+

Carmen Rivas, mamá de Leonardo Amador Rivas, una de las 12 personas fallecidas en el establecimiento New's Divine un día como hoy pero de hace diez años solo quiere saber si su hijo sufrió al morir.

Aún le quedan dos hijos, por ellos a veces considera dejar la lucha por lograr justicia en el caso del operativo policial que hace una década los espectadores miraban en la televisión con conmoción.

Por esos días no había redes sociales en las que los jóvenes que asistieron al establecimiento pudieran compartir fotografías de que habían concluido el fin de curso, tampoco Leonardo, quien trabajaba en el establecimiento por 200 pesos la jornada.

A diez años, comenta doña Carmen, cuyo estómago protagoniza una huelga de hambre para hacer justicia por la muerte de su hijo, solo ha logrado la edificación de un memorial, “que se construyó con las mismas piedras, con las mismas bardas de la disco, es lo único que se ha logrado, he luchado diez años por la justicia para mi hijo”.

En entrevista con Notimex señaló que su cuestionamiento a las autoridades que siguieron su caso es hacia la justicia por saber si su hijo sufrió al morir, “esa es mi angustia, ese es mi dolor, esa es mi impotencia, a diez años no se ha hecho justicia".

Con encono, recordó que la Suprema Corte de Justicia no fincó responsabilidades a los elementos policiales que participaron ese día debido a que solamente habían obedecido órdenes, lo que en su opinión, también se debió responsabilizar a quienes encargaron este operativo, señaló enfundada en una camisa con el rostro de su hijo impreso , abajo, una leyenda en letras rojas que decía “te amamos”.

“Ellos tenían la orden de matar, por eso no había justicia para la muerte de nuestros hijos, todo el mundo lo vio (...) el agravio, las violaciones de derechos, las violaciones que les hicieron a nuestros hijos, cómo es posible que no haya justicia (...) por qué nadie paró ese operativo, por qué no acordonaron el área y los sacaron, por qué con tanta saña mataron a nuestros hijos, los encerraron, los rociaron gas lacrimógeno y no los dejaron salir, todo el mundo lo vio, todo el mundo lo sabe pero no hay responsables".

En su opinión, a una década de aquello, imagina a su hijo casado, con dos hijos y siendo veterinario, “que era lo que quería hacer mi muchacho, él me lo dijo”; abundó que en la actualidad los jóvenes siguen siendo vulnerados y aún con la creación de una legislación que los protege “los policías siguen agrediendo a los jóvenes, me ha tocado ver cómo los suben, los trasiegan, esas son violaciones a los derechos, los juzgan por su manera de vestir".

“En este país la justicia para el pobre, para el jodido, para los de cuello blanco, no se hace justicia, todos lo vimos, no hay responsables”, al respecto, recordó que en su momento se dijo que los muchachos habían muerto por drogadictos, por borrachos, por marihuanos, pero eran muchachos que habían acudido al establecimiento a festejar un fin de curso.

Además, dijo, su hijo iba a trabajar, “qué podían decir de mi hijo”, él trabajaba desde las dos de la tarde para ayudar a limpiar la disco y salía a las ocho de la noche, “yo lo sentía seguro aquí a mi hijo, venía yo por él, nos íbamos a comer tacos”.

Con dolor, recordó que al día siguiente del operativo los tenis recabados luego de la tragedia ya estaban barridos y recogidos, ella misma recuerda el momento en el que levantó los tenis de su hijo y que a diez años sigue sin haber justicia, por lo que desde este martes a las diez de la mañana y hasta este miércoles a las diez de la mañana protagonizó junto con otros padres de familia una huelga de hambre.

“Toda la noche la pasamos en la calle sin comer, líquidos si tomamos, solo un ratito llovió, fue de pasadita la lluvia, aire sí hacía pero no frío, a mi no me pesó, yo por mi hijo he llegado a hacer huelga de hambre y eso que soy hipertensa, pero quiero llamar a las autoridades”.

Doña Carmen, entre más de un centenar de rosas rojas y blancas, un puñado de velas y globos en forma de estrellas de color morado que decoran el Memorial News Divine Nunca Más, recordó que la instalación de este espacio se hizo con las mismas piedras del lugar que antes fue una discoteca, los altares en los que ahora están colocadas algunas de las fotografías de las 12 personas que ese día perdieron la vida, están edificados con el material de las escaleras en las que muchos jóvenes se aglomeraron durante la tragedia.

Sin precisar su edad pero con la cabeza llena de canas, explicó que había pensado dejar de luchar por justicia ante la muerte de su hijo al cumplirse los diez años, “yo ya estoy cansada, ya quiero retirarme, siento que esto no se va a hacer justicia, gentes que nos han apoyado, queríamos sacarle a la Corte Interamericana, no se si yo pueda o quiera, no sé qué vaya a pasar, pero aquí si llegué a la huelga de hambre”.

Doña Carmen tuvo tres hijos, solo le quedaron dos, quienes se enojan ante su lucha incansable, y es que recordó que Leonardo al nacer tuvo muchos problemas de salud con convulsiones, vómitos y diarreas constantes, eran noches enteras las que ella pasó sentada con su hijo para evitar que se ahogara por el reflujo que padeció durante sus seis primeros años de vida, “cuando yo lo saqué de la enfermedad yo creía que ya había terminado, para que lleguen unos desgraciados y me lo maten, ese es mi coraje”.

“No concibo la vida sin él, todavía a veces despierto y pienso que fue un sueño lo que viví, y no, es la realidad”, agregó con tristeza.