El Abra Tanchipa, único santuario del jaguar en SL

En la capital potosina, “Pazum” sobrevive en cautiverio, descartan su reinserción al hábitat natural


En San Luis Potosí, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, sólo cuenta con un área natural protegida para el resguardo de la integridad del jaguar. Se trata de la sierra del Abra Tanchipa, sin embargo, otro de los sitios protegidos es la Sierra Gorda de Querétaro, que comparte algo de su territorio con esta entidad, en la zona indígena Xi’Ui.

La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas cuenta con especialistas para su protección. Incluso, hay investigación en el Colegio de Postgraduados de San Luis Potosí, ubicado en el municipio de Salinas de Hidalgo, pero a su vez, se está pendiente del jaguar en la Zona Huasteca.

En la capital potosina, médicos veterinarios se esfuerzan por mantener saludable al jaguar que se encuentra en cautiverio desde recién nacido, cuya reinserción al hábitat natural es técnicamente imposible, al haber sobrevivido por el trato directo de personas, su alimentación y sus cuidados desde pequeño.

“Pazum” o “Gato Grande”, el enorme jaguar que convive con los visitantes, no desarrolló su conducta salvaje, de lanzarse contra rejas y destrozar su hábitat, porque desde pequeño y antes de ser decomisado por autoridades ambientales, se rodea de humanos.

Por igual se le proporciona medicina preventiva, se le alimenta y el personal del parque Tangamanga I lo provee de instrumentos de diversión, tales como balones, llantas para colgarse y una alberca, en la que ocasionalmente juega con peces.

El carácter apacible y sociable de “Pazum”, contrasta con los jaguares en la vida silvestre. Los de su especie, por igual pueden comer peces que lanzarse sobre un pesado cocodrilo para romperle el cuello y devorarlo.

Las autoridades ambientales crearon programas de prote cción, en las que incluyen trabajo e información con productores agrícolas y ganaderos para no causar daño a los jaguares.