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Querido amigo,
Todo lo que comienza tiene que terminar, tarde o temprano. Así es todo en esta vida y así es como hoy hemos llegado al final de este maravilloso viaje por España y Portugal. El último punto que visitamos fue la provincia de Cataluña y en especial Barcelona, su capital. Hoy que hemos de volver a casa, debemos volver primero por tren a Madrid, porque nuestro avión partirá del aeropuerto Alfonso Suarez-Barajas.
Ya sabes que nos gusta viajar en tren, sobre todo en estos lugares donde la calidad y la puntualidad son algo significativo. Tal es el caso de la Renfe y sus trenes de alta velocidad, a los que se les denomina genéricamente como AVE, lo que significa Alta Velocidad ferroviaria en España.
Este sistema de ferrocarriles se puso en operación en 1992, cubriéndose la primera línea entre Madrid y Sevilla, y sus trenes circulan a una velocidad promedio de 310 kilómetros por hora, en líneas de ancho internacional y totalmente electrificadas. El AVE es considerado el servicio más relevante de la Renfe.
El viaje en el AVE ha sido una experiencia muy agradable, pues se trata de unos trenes limpios, puntuales, bien atendidos y de verdad que en cuanto volvamos a tener la oportunidad viajaremos de nuevo en este tipo de transporte.
Cada vez que abordo un tren, viene a mi mente el recuerdo de aquella Navidad cuando recibí como regalo un maravilloso tren eléctrico Lionel que me acompañó por muchos años y me llenó de alegría.
Ahora, ya en el aeropuerto, estamos en espera del vuelo de regreso que nos llevara a San Luis Potosí. Volaremos de Madrid a Ámsterdam, y de allí a Ciudad de México y luego a casa, un viaje largo de muchas horas, pero así es esto, los viajes son cansados pero ilustran y nos permiten conocer no sólo otros lugares, sino también a otras personas, sus comidas, sus costumbres, sus culturas.
ramon.ortiz.aguirre@gmail.com