Intriga y sexo rodean historia de la acusada de ser espía rusa

Intriga y sexo rodean historia de la acusada de ser espía rusa

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María Butina / Foto: AP
WASHINGTON (AP) — Una aficionada a las armas de fuego, sospechosa de ser una agente encubierta rusa, probablemente estuvo en contacto con agentes del Kremlin mientras vivía en Estados Unidos, indicaron los fiscales el miércoles en documentos presentados en la corte en los que también se le acusa de recurrir a ofertas sexuales y prácticas engañosas para forjar lazos influyentes.
Maria Butina, de 29 años, fue observada por el FBI mientras cenaba en privado con un diplomático ruso sospechoso de ser un agente de inteligencia encubierto, pocas semanas antes de que el diplomático abandonara Estados Unidos en marzo, dijeron los fiscales.
Butina tenía los datos de varias personas, que, según los investigadores, eran empleados de los Servicios Federales de Seguridad de Rusia (FSB por sus siglas en ruso), la agencia de inteligencia sucesora de la KGB.
Los señalamientos, contenidos en documentos entregados en la corte y dirigidos a persuadir al juez de que mantenga a Butina bajo custodia, se agregan al retrato de una mujer rusa que, según el Departamento de Justicia, trabajó subrepticiamente para establecer canales de comunicación con el Kremlin e infiltrarse en organizaciones políticas estadounidenses, incluida la Asociación Nacional del Rifle, y recopilar información de inteligencia para un alto funcionario ruso a quien daba parte.
Los fiscales también alegan que tuvo una relación personal con un agente político estadounidense y que también ofreció sostener relaciones sexuales a otra persona a cambio de un puesto en una organización con intereses especiales.
Los documentos no mencionan el nombre de los individuos ni de la organización.
Butina espera un juicio bajo cargos de conspiración y de actuar como agente extranjero no registrado para Rusia. El miércoles, un juez ordenó que Butina permanezca en prisión mientras avanza el caso.
Debido a sus relaciones con la agencia de inteligencia rusa, los fiscales sostuvieron que la acusada constituye un “riesgo extremo” de huir de Estados Unidos, donde ha vivido con una visa estudiantil. Aseguran que “el estatus legal de Butina en Estados Unidos está basado en una falsedad”.
Su abogado ha calificado las acusaciones como exageradas y ha negado que Butina sea una agente rusa.
Butina fue detenida el fin de semana por indicios de que planeaba dejar el lugar donde vivía y posiblemente el país. El contrato de alquiler de su apartamento caduca este mes, todas sus pertenencias ya estaban empacadas cuando fue arrestada y había solicitado una visa que le permitiera viajar hacia y desde Estados Unidos, indicaron los fiscales.
Sus relaciones personales “a excepción de aquellas personas de Estados Unidos que ella intentó explotar y engañar” están en Rusia, se lee el expediente.
“El temor de que Butina se dé a la fuga se incrementa si se tienen en cuenta sus conexiones con agentes de la inteligencia rusa”, dijo la fiscalía.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca Sarah Huckabee Sanders dijo que la residencia presidencial estaba revisando el caso, pero también reprendió a los reporteros por tuits publicados en la víspera que confundieron a una colaboradora de la Casa Blanca con Butina. Dijo que el error “muestra claramente el descaro y el... deseo de encontrar lo negativo en todo lo que hace este presidente”.
“Solo porque alguien era pelirroja fue acusada de ser una especie de espía para Rusia”, aseveró.
Los fiscales indicaron que Butina era considerada una agente encubierta por un funcionario ruso con quien ella estaba en contacto. Señalan mensajes de texto en que el funcionario ruso la compara con Anna Chapman, una mujer rusa que fue acusada de ser espía y arrestada en el 2010, y luego deportada como parte de un canje de prisioneros.
En marzo del 2017, al surgir artículos en la prensa sobre Butina, el funcionario ruso escribió: “¿Ya empezaron a pedirte autógrafos? Eres hasta mejor que Anna Chapman. Ella sale en las fotos con pistolas de juguete, pero las tuyas son de verdad”, según los documentos.
Butina y el funcionario ruso intercambiaron mensajes por Twitter, dice la fiscalía. En uno de ellos, un mes antes de las elecciones presidenciales estadounidenses, Butina escribe que ella entiende que “todo tiene que hacerse calladamente, con mucho cuidado”.
Hablaron nuevamente el 20 de enero del 2017, cuando Butina le envió a ese funcionario una foto de ella cerca del Capitolio en Washington, el día en que Donald Trump fue juramentado como presidente. Según los documentos judiciales, el funcionario ruso contestó: “¡Qué valiente eres! ¿Qué te puedo decir?”. Y ella contesta: “¡Tuve buenos maestros!”
Las autoridades no han identificado al funcionario ruso, pero los detalles contenidos en el legajo concuerdan con la descripción de Alexander Torshin, un exlegislador que actualmente trabaja en el Banco Central de Rusia.