Turquía libera a periodista turco-alemana acusada de terrorismo

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La periodista turco-alemana, Mesale Tolu, fue puesta en libertad y podrá salir de Turquía después de pasar meses en prisión preventiva en una cárcel turca, acusada de propaganda terrorista.

La repentina liberación de la periodista turco-alemana se produjo en momentos en que el gobierno del presidente, Donald Trump, aplica sanciones contra Turquía a debido a que el gobierno de Recep Tayyip Erdogan mantiene preso a un religioso estadunidense acusado de terrorismo.

El proceso judicial en contra de Tolu, acusada de “terrorismo” continuará, pero a pesar de que la periodista turco-alemana puede finalmente dejar Turquía, su esposo tendrá que permanecer en una cárcel turca acusado de lo mismo.

“La noticia sobre la posibilidad de abandonar el país es correcta. Quiero agradecer todo lo que ha hecho mi grupo de apoyo y todos los que se han implicado por conseguir mi libertad”, señaló la periodista en su cuenta de Twitter.

Tolu, de 33 años, ha estado casi ocho meses en prisión provisional en Estanbul acusada de pertenecer a una organización terrorista (MLKP) y de llevar a cabo propaganda. Ha estado diecisiete meses en Turquía.

A pesar de permitirle abandonar el país, el proceso judicial continuará a partir del 16 de octubre. Está previsto que llegue a Alemania este domingo 26 de agosto. Ya en abril hubo la esperanza de que Tolu no tuviera que permanecer en Turquía a la espera del juicio.

El anuncio ha llegado en medio de una profunda crisis económica que está viviendo el país del Bósforo, a consecuencia de las sanciones aplicadas por Estados Unidos contra Turquía.

El gobierno de Donald Trump impuso las sanciones a raiz de la detención del pastor norteamericano Andrew Brunson acusado de pertenecer a un grupo terrorista. La divisa turca, la lira, se encuentra en mínimos históricos. Erdogan ha calificado la crisis de ”ataque a la economía local”.

En este sentido, la noticia sobre Tolu y la crisis económica derivada de las tensiones diplomáticas pueden llevar a un acercamiento de las ahora distantes relaciones bilaterales entre Berlín y Ankara.

En una entrevista a los periódicos alemanes del grupo Funke, la líder de los socialdemócratas SPD, Andrea Nahles, dijo ayer que Alemania podría llegar a ayudar a Turquía, “al margen de las divergencias políticas con el presidente Erdogan”.

Nahles hizo estas declaraciones teniendo en cuenta que Turquía es un socio de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). “Es nuestro interés que Turquía se mantenga estable económicamente y que se puedan paliar las turbulencias de su divisa”, añadió.

Este lunes se han oído reacciones a esta propuesta de ayuda. El comisario europeo de presupuestos, el alemán Günther Oettinger (CDU), ha dicho que no es la “tarea del gobierno alemán”, si bien se debe evitar que Turquía quede aislada.

Oettinger ha insistido en la necesidad de trabajar en la mejora de la situación de los derechos humanos en Turquía. Desde la oposición, tanto los liberales del FDP como los Verdes se han mostrado igualmente críticos con esta propuesta de Nahles.

El anuncio de hoy no es la primera señal de acercamiento a Europa que muestra Turquía. Dos soldados griegos en Turquía también pudieron regresar a su país hace un par de semanas.

De forma sorprendente, Turquía también dejó en libertad a Taner Kilic, el presidente honorífico de Amnistía Internacional en Turquía.

Uno de los casos más tensos para la diplomacia turco-alemana ha sido el del arresto del periodista turco-alemán Deniz Yücel, quien pudo salir de Turquía después de un año en la cárcel. Igual que Tolu, el proceso judicial contra Yücel sigue en marcha.

La acusación de terrorismo se ha convertido en el método que aplica el gobierno de Erdogan para ejercer presión sobre otros países, y detiene o libera a extranjeros a su arbitrio por supuesta colaboración con los enemigos de su país.

Los detenidos son utilizados como rehenes ante sus gobiernos, como represalia por alguna tensión política bilateral. Su repentina liberación obedece a intereses políticos y económicos del gobierno de Erdogan.

En estos momentos tiene lugar una fuerte crisis entre Turquía y Estados Unidos por la detención en el país del Bósforo de pastor estadunidense, Andrew Brunson, acusado de colaborar con terroristas turcos.

La presión del gobierno de Trump sobre Turquía produjo hasta ahora una pronunciada devaluación de la lira turca así como la baja de calificación de ese país por parte de las agencias estadunidenses que miden el riesgo de los países para los inversionistas.

Erdogan acusa a enemigos en el extranjero de un complot contra Turquía. Las detenciones de extranjeros por parte del gobierno turco suelen coincidir con críticas que éstos emitieron sobre la situación de los derechos humanos por parte del gobierno de Erdogan.