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Ganaderos potosinos dedicados a la crianza de la cabra viven una etapa de resurgimiento en la que el principal reto, más que abatir el abigeato, es profesionalizar sus métodos de identificación, sanidad y mejoramiento genético de los animales.
Lo anterior, para estar en posibilidades de exportar tanto cabezas de ganado como productos lácteos y cosméticos derivados, así como dulces a mercados más exigentes, como el de Estados Unidos.
Así lo expresó Claudia Irene Moreno Carrera, actual gerente de la Asociación Mexicana de Criadores de Ganado Caprino de Registro, organismo que agrupa a unos 25 productores en el Estado con un promedio de 10 mil cabezas de ganado en total.
Dijo que dependencias como la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) ya están solicitando cotizaciones de lotes hasta de 500 animales, pero que en México todavía no se tiene esta capacidad de abasto.
“Estamos trabajando muy duro para que todas nuestras cabras salgan ya con su registro, pruebas de paternidad, evaluaciones y certificados de sanidad. Calculamos que en los próximos cinco años podríamos doblar la producción de animales”, expresó.
Mejorar la genética importando embriones de países como Australia, es parte de la estrategia de esta industria que busca, además, cambiar la mentalidad de la población respecto al consumo de carne de cabra y sus derivados lácteos.
Lo anterior, para estar en posibilidades de exportar tanto cabezas de ganado como productos lácteos y cosméticos derivados, así como dulces a mercados más exigentes, como el de Estados Unidos.
Así lo expresó Claudia Irene Moreno Carrera, actual gerente de la Asociación Mexicana de Criadores de Ganado Caprino de Registro, organismo que agrupa a unos 25 productores en el Estado con un promedio de 10 mil cabezas de ganado en total.
Dijo que dependencias como la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) ya están solicitando cotizaciones de lotes hasta de 500 animales, pero que en México todavía no se tiene esta capacidad de abasto.
“Estamos trabajando muy duro para que todas nuestras cabras salgan ya con su registro, pruebas de paternidad, evaluaciones y certificados de sanidad. Calculamos que en los próximos cinco años podríamos doblar la producción de animales”, expresó.
Mejorar la genética importando embriones de países como Australia, es parte de la estrategia de esta industria que busca, además, cambiar la mentalidad de la población respecto al consumo de carne de cabra y sus derivados lácteos.
