Gotas de esperanza

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Amor a la Patria

A unos días de haber celebrado un aniversario más del inicio de la lucha por la Independencia de México, conviene reflexionar sobre el sentido de esta celebración.

La forma tradicional de la mente dual es hacer una separación entre héroes y villanos, hacia los cuales generamos apego y aversión, los cuales son reconocidos como venenos mentales de la mente del deseo.

Cuando llenamos de esos venenos mentales los festejos patrios, entonces encontramos una gran cantidad de odio, reclamos y culpas, en lugar de honrar los actos tanto de héroes como villanos que nos permitieron vivir en un país como el que tenemos.

Si bien las condiciones sociales, económicas y políticas son siempre perfectibles, conviene recordar que el tejido social depende más de la forma en que los propios habitantes interactúan entre sí que el marco jurídico, modelo económico o ideología política que esté presente.

Podemos tener todas esas condiciones externas en su mejor manifestación, pero si no hay una convivencia basada en el respeto, la tolerancia, inclusión y compasión, el resultado seguirá siendo insuficiente.

Es importante entonces generar las condiciones internas necesarias para honrar a nuestros antepasados al agradecer sus actos mientras que honramos nuestro presente a través de nuestros semejantes en cada interacción que tenemos: el tráfico, el lugar de trabajo, la escuela, el supermercado, las redes sociales, etcétera.

Al amor a la patria es la expresión en cada pensamiento, palabra y acción que se entregan con una sola finalidad: generar condiciones de bienestar integral para todos sin distinción de raza, sexo, orientación sexual, religión o ideología política.

El amor a la patria es ir más allá del aferramiento a nuestro propio ego, para así incluir a todo el país en un mismo objetivo de bienestar común, una visión etnocéntrica que nos permitirá evolucionar hacia visión mundicéntrica y kosmocéntrica de bienestar universal.

Lo anterior puede resumirse en la siguiente frase: “El amor a la patria no es un sentimiento, sino actos de valor y de entrega al bien común.”