Carolina del Sur podría sufrir más inundaciones

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Mientras el nivel de los ríos comenzaba a disminuir el jueves en Carolina del Norte, las autoridades en Carolina del Sur intentan evitar posibles desastres ambientales y se preparan para más inundaciones históricas.

Los caminos continúan congestionados con personas que intentan regresar a las zonas en donde las inundaciones han cesado, dejando marcas de fango en las paredes y pisos. Algunos puentes fueron cerrados y otros reabrieron, mientras que miles de millones de litros de agua continúan su largo camino de vuelta al Océano Atlántico.

La amenaza de problemas ambientales sigue presente. Duke Energy emitió una alerta después que las inundaciones del río Cape Fear rebasaron un dique de tierra y anegaron un enorme lago en una planta termoeléctrica cerrada cerca de Wilmington, Carolina del Norte. La compañía indicó que no cree que haya hollín en riesgo.

En Carolina del Sur, la paraestatal Santee Cooper colocó una presa inflable alrededor de un estanque de hollín cerca de Conway e informó que los 76 centímetros (2,5 pies) adicionales deben ser suficientes para contener las inundaciones. Las autoridades advirtieron que desechos humanos, porcinos y de otros animales se han mezclado con las inundaciones en las Carolinas.

El gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, calculó que las inundaciones causaron daños por 1.200 millones de dólares en el estado, según informó en una carta en la que dijo que se trata del peor desastre en la historia moderna de la entidad. McMaster solicitó a los líderes del Congreso que apresuren la ayuda federal.

En Carolina del Norte, el gobernador Roy Cooper dijo que los daños superarán los miles de millones de dólares, pero que es imposible realizar un estimado más preciso debido a que los efectos de la tormenta continúan.

A Florence se le atribuyen al menos 41 decesos en Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia. Más de la mitad perecieron en vehículos.

En Carolina del Norte se desarrolla una historia ya cono0cida luego de que varios lugares que resultaron inundados por el huracán Matthew en 2016 nuevamente se encuentran bajo el agua.

El pastor Floyd Benfield entró a su iglesia presbiteriana en Spring Lake después de que se redujo el nivel del río Little.

Hace dos años, las inundaciones le arruinaron los pisos. Este año, el agua rompió ventanas, apiló los bancos y dejó empapadas biblias y cantorales.

“Este santuario se construyó en 1909 y nunca se había inundado hasta el huracán Matthew”, dijo Benfield.

En Wilmington, las cosas vuelven lentamente a la normalidad en la ciudad costera más grande del estado. Las autoridades anunciaron el fin de un toque de queda y la reanudación de la recolección de basura de forma habitual.

Sin embargo señalaron que el acceso a la ciudad de 120.000 habitantes sigue siendo limitado y pidieron a las personas que evacuaron que esperen unos días más antes de volver. También advirtieron que los ríos que brevemente bajaron su nivel, están creciendo nuevamente de forma periódica.