Uso del automóvil, entre la necesidad y la necedad; hoy a dejar el carro

Uso del automóvil, entre la necesidad y la necedad; hoy a dejar el carro

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Para trasladarse de un lugar a otro, muchas personas dan prioridad al uso del automóvil, con lo que contribuyen a tener ciudades más ruidosas, contaminadas e incluso más peligrosas, debido a su uso indiscriminado, el cual ha sido señalado como la causa número uno de los problemas de movilidad.

Y  es que para muchos, el uso del automóvil sí representa una necesidad por las distancias que deben recorrer para llegar a su destino, sin embargo para otros es una necedad, pues los caminos no son largos y podrían utilizar otra alternativa de transporte.

Ante ello, cada 22 de septiembre en diferentes ciudades del mundo se celebra el Día Mundial Sin Automóvil, iniciativa que invita a los ciudadanos a dejar de utilizar sus vehículos, además de que busca transmitir el mensaje de que no se debe depender de éste y generar conciencia sobre la gran dependencia a los combustibles fósiles con la que se vive.

En el mundo, diversas ciudades del mundo han replicado esta iniciativa, entre ellas la capital mexicana, Guadalajara, Jalisco, y Torreón, Coahuila, pero fue hasta 2014 que de manera oficial la Ciudad de México se sumó a la celebración, que cada año obliga a que dejen de circular los vehículos oficiales que no estén dedicados a la atención de emergencias ni servicios fundamentales.

Además, se convoca a que cada ciudadano se sume a esa medida y opte por trasladarse a diversos lugares en bicicleta, transporte público o que camine.

En los últimos decenios se han producido cambios sociales, económicos y tecnológicos que han derivado en un nuevo modelo de movilidad urbana, caracterizado por el aumento de las distancias de recorrido, la diversificación de los motivos de los desplazamientos y las modificaciones en la localización de los centros de trabajo y otras actividades, lo que implica importantes desafíos de movilidad para las ciudades y sus habitantes.

Ello ha generado que los índices de motorización y la demanda de movilidad en vehículos automotores (sean privados o públicos) aumenten y, con ellos, sus efectos asociados: consumo de energías no renovables, contaminación atmosférica, ruido ambiental, intrusión visual, accidentes, peligros y congestión vehicular.

En México, el Reporte Nacional de la Movilidad Urbana 2014-2015 señaló que si bien se han dado pasos importantes para crear una política de movilidad y planeación urbana, es primordial promover acciones coordinadas en los órdenes de gobierno como implementar estrategias que desincentiven el uso del automóvil y faciliten modos de transporte no motorizado; fomenten el del transporte público y se invierta en que éste sea con menos consumo energético.

En la capital mexicana, la expansión urbana y la demanda de viajes no ha ido acompañada de una red de infraestructura de transporte adecuada y por ello la movilidad se enfrenta a insuficiencias tanto en los varios modos de transporte como en la red vial disponible.

Mientras los desplazamientos en medios de transporte privado se disparan, los sistemas de transporte público evolucionan más lento en términos de tamaño y renovación de su flota, los modelos de operación y administración se estancan y disminuye la calidad en el servicio, siendo calificado por los usuarios como malo, lento, peligroso, deteriorado y como sinónimo de pobreza.

Ante el panorama de movilidad en el mundo, la bicicleta es un vehículo que ha tomado fuerza pues cada vez más personas hacen sus trayectos diarios en ésta y muchas ciudades se unen a una cultura que la promueve como el medio de transporte ideal para los ciudadanos, una elección que mejora la calidad de vida, reduce la contaminación causada por los vehículos tradicionales y disminuye el ruido de las zonas urbanas.

Además, el auge de la bicicleta ha permitido que diferentes ciudades trabajen en proyectos de planeación urbana que tienen como objetivo velar por la seguridad de los ciclistas.

El Día Mundial Sin Auto busca crear un escaparate en el que uno mismo, aunque sea por un día, puede experimentar y darse cuenta de lo diferente que podría ser su comunidad si más personas utilizaran medios alternativos de transporte como el transporte público, la bicicleta o simplemente caminar.

Para hacer cambios permanentes se necesita la participación de la comunidad, objetivos concretos y autoridades comprometidas que creen políticas que desincentiven el uso del automóvil.