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Ciudad de México.- Durante el Movimiento Estudiantil de 1968 “las violaciones a los derechos humanos fueron inobjetables. El Estado usó la represión, fue un crimen de Estado porque éste empleó francotiradores que dispararon para crear caos, terror y una narrativa oficial para criminalizar la protesta. [Y el crimen] continuó más allá de las detenciones arbitrarias y la tortura”, reconoció el titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), Jaime Rochín.
Al participar en el coloquio internacional “Ciudadanías en Movimiento M68”, realizado en el Centro Cultural Tlatelolco, el titular de la dependencia informó que el Estado emitió la resolución por la que se determinan medidas de satisfacción de carácter colectivo. “Una reparación trasciende a los grupos afectados para que el Estado aprenda de sus errores”.
La resolución de la CEAV consta de cuatro puntos: reconoce que las acciones del gobierno tuvieron impacto en el ámbito individual y colectivo que generaron polarización en torno al movimiento y estigmatizaron a los estudiantes por su ideología.
El segundo punto corresponde a la implementación de acciones denominadas “Colección M68, ciudadanía en movimiento”, que consistirá en la recopilación de diferentes acervos públicos y privados que serán digitalizados para reconstruir los hechos.
En tercer lugar se aborda la reparación simbólica que servirá de soporte a la memoria, a través de la creación del monumento a la ausencia, éste se construirá en el patio del Centro Cultural Universitario Tlatelolco y consistirá en la impresión de 400 pares de huellas en el piso.
En el cuarto rubro la comisión reconoce que en estos hechos ocurrieron violaciones a los derechos humanos, sin quitarles la oportunidad a las víctimas de exigir una reparación del daño. Algunas víctimas han solicitado como medidas reparatorias una disculpa pública del Estado mexicano.
Al participar en el coloquio internacional “Ciudadanías en Movimiento M68”, realizado en el Centro Cultural Tlatelolco, el titular de la dependencia informó que el Estado emitió la resolución por la que se determinan medidas de satisfacción de carácter colectivo. “Una reparación trasciende a los grupos afectados para que el Estado aprenda de sus errores”.
La resolución de la CEAV consta de cuatro puntos: reconoce que las acciones del gobierno tuvieron impacto en el ámbito individual y colectivo que generaron polarización en torno al movimiento y estigmatizaron a los estudiantes por su ideología.
El segundo punto corresponde a la implementación de acciones denominadas “Colección M68, ciudadanía en movimiento”, que consistirá en la recopilación de diferentes acervos públicos y privados que serán digitalizados para reconstruir los hechos.
En tercer lugar se aborda la reparación simbólica que servirá de soporte a la memoria, a través de la creación del monumento a la ausencia, éste se construirá en el patio del Centro Cultural Universitario Tlatelolco y consistirá en la impresión de 400 pares de huellas en el piso.
En el cuarto rubro la comisión reconoce que en estos hechos ocurrieron violaciones a los derechos humanos, sin quitarles la oportunidad a las víctimas de exigir una reparación del daño. Algunas víctimas han solicitado como medidas reparatorias una disculpa pública del Estado mexicano.