A-AA+
El constante aumento al gas LP sigue castigando a las familias potosinas, pues si en enero de este año un cilindro de 30 kilos ya costaba 586 pesos, actualmente no se vende por menos de 600 pesos en las principales gaseras de esta localidad.
Como referencia, páginas de dependencias como la Profeco o la Secretaría de Energía consignan que el mismo cilindro costaba apenas 354 pesos en 2012.
Lo anterior, significa un aumento de casi 70 por ciento en los últimos seis años en el precio del cilindro más comercializado en los hogares.
Un ama de casa consultada en el centro de la ciudad precisó que su recibo más reciente, pagado el 14 de septiembre pasado, fue por 594 pesos, en tanto que el recibo anterior, del 13 de mayo, fue por 555 pesos.
El incremento en este caso, fue de 7.02 por ciento en tan solo cuatro meses. Por desgracia, las familias de recursos escasos tienen pocas alternativas al gas LP, pues las tecnologías solares, por ejemplo, aunque eficientes, resultan todavía costosas en su adquisición e instalación.
A su vez, opciones como el Gas Natural todavía no llegan a todas las zonas de la ciudad y todavía despiertan desconfianza entre los consumidores.
Como referencia, páginas de dependencias como la Profeco o la Secretaría de Energía consignan que el mismo cilindro costaba apenas 354 pesos en 2012.
Lo anterior, significa un aumento de casi 70 por ciento en los últimos seis años en el precio del cilindro más comercializado en los hogares.
Un ama de casa consultada en el centro de la ciudad precisó que su recibo más reciente, pagado el 14 de septiembre pasado, fue por 594 pesos, en tanto que el recibo anterior, del 13 de mayo, fue por 555 pesos.
El incremento en este caso, fue de 7.02 por ciento en tan solo cuatro meses. Por desgracia, las familias de recursos escasos tienen pocas alternativas al gas LP, pues las tecnologías solares, por ejemplo, aunque eficientes, resultan todavía costosas en su adquisición e instalación.
A su vez, opciones como el Gas Natural todavía no llegan a todas las zonas de la ciudad y todavía despiertan desconfianza entre los consumidores.
