Festival de vudú demuestra tradiciones arraigadas en Nigeria

Festival de vudú demuestra tradiciones arraigadas en Nigeria

A-AA+


AJIDO, Nigeria (AP) — La multitud se emocionaba conforme el festival de Vudú de Zangbeto alcanzaba su punto más alto, con coloridas figuras de palma que representan al tradicional guardián de la noche.
Mientras los hombres y mujeres, vestidos con ropas ceremoniales blancas danzaban al ritmo de los tambores, los adeptos rociaban el Zangbeto _ en forma de cono _ con keroseno. Una bola de fuego sube hacia el cielo.
El acto realizado durante el fin de semana en las costas de Nigeria ayudó a crear “temor y reverencia”, dijo el presidente del comité organizador, Sehude Adeyinka, a The Associated Press. Todas las religiones tienen cierto poder sobre las personas, comentó. “Las personas necesitaban ver que el Zangbeto no es solo un juguete”.
Algunos nigerianos frustrados por el crimen y la corrupción han insinuado que revivir dichas tradiciones podría ser un disuasorio. El festival de alrededor de 2.000 personas en el estado de Lagos y que se realiza cada tres años, es uno de los eventos más importantes en el calendario religioso local.
El líder del reino de Ajido, Aholu Saheed Adamson, describió al Zangbeto como un símbolo de autoridad del pueblo étnico Ogu y una “forma de seguridad para comunidades enteras”.
Los Ogu habitan las zonas costeras de Nigeria, Benín y Togo. La región fue conocida alguna vez como la Costa de Esclavos, debido al gran número de esclavos que fueron tomados de la zona durante varios siglos.
Además del comercio de esclavos, las tierras Ogu también son conocidas por la arraigada práctica del vudú. El uso del Zangbeto data del siglo XVII.
“Como la policía tradicional y la corte del pueblo, el Zangbeto se encarga de casos como los de robo”, dijo a la AP Seton Idowu, un fiel creyente de sus poderes espirituales. “Todos temen al Zangbeto y te puedes meter en problemas si actúas contra las reglas.
De acuerdo a las creencias, el castigo del Zangbeto puede ir desde multas hasta la desaparición de la persona.
Las influencias externas han erosionado constantemente dichas instituciones tradicionales, y Amosu dijo que son “degeneradas o criminalizadas como un fetiche”.
En tanto, afirmó, las instituciones modernas como la policía, no han podido actuar de manera tan eficiente como las tradiciones a las que reemplazan. Afirmó que muchas personas prefieren llevar sus casos ante el Zangbeto que a una estación de policía.