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Nueva York.- Más de diez minutos duró la gran ovación que ayer brindó el público de Nueva York, en un abarrotado Lincoln Center, al bailarín español Joaquín De Luz, en su retirada de la danza de gran formato con la New York City Ballet.
La familia del bailarín, amigos, compañeros de profesión y algunos conocidos como Carolina Herrera acompañaron a De Luz en su despedida, en una función que sirvió también de homenaje al coreógrafo ruso George Balanchine, fundador del New York City Ballet, la prestigiosa compañía a la que De Luz se unió en 2003 y donde ha sido bailarín principal los últimos trece años.
Se puedo ver a Joaquín De Luz (Madrid, 1976), discípulo de Víctor Ullate, muy emocionado al final de la obra, en un escenario al que también subió su madre, que dijo estar “muy orgullosa” de su hijo, mientras el público lanzaba al bailarín flores y vítores, y caía sobre el escenario un mar de pétalos de rosas.
AGRADECIMIENTO
En sus tres apariciones en la representación, Joaquín De Luz se vio obligado a salir varias veces para dar las gracias al público neoyorquino, que supo dar realce a la despedida del bailarín español, quien en algunos momentos hizo algunos giros en su coreografía que hizo las delicias, entre risas, del público asistente, que abarrotaba por completo el anfiteatro del prestigioso Lincoln Center de Nueva York.
SOLISTA
El artista llegó a la prestigiosa compañía neoyorquina como solista tras bailar durante años con el American Ballet Theatre, donde había sido bailarín principal desde 1998, previo paso por el ballet de Pensilvania. Se formó en danza clásica, entre 1992 y 1995, con la compañía del español Víctor Ullate.
El ballet de la ciudad de Nueva York (NYCB) diseñó para la actuación final de su temporada de otoño un programa de despedida a medida del admirado bailarín español, que quería hacer un “tributo” a Balanchine.
De Luz decidió en diciembre del año pasado que se retiraría este otoño de la NYCB y de “bailar en gran formato”, algo que pilló por sorpresa “a casi todo el mundo”, según dijo, pero convino que seguirá “bailando un poco” aunque esté en “proyectos un poco diferentes”.
La familia del bailarín, amigos, compañeros de profesión y algunos conocidos como Carolina Herrera acompañaron a De Luz en su despedida, en una función que sirvió también de homenaje al coreógrafo ruso George Balanchine, fundador del New York City Ballet, la prestigiosa compañía a la que De Luz se unió en 2003 y donde ha sido bailarín principal los últimos trece años.
Se puedo ver a Joaquín De Luz (Madrid, 1976), discípulo de Víctor Ullate, muy emocionado al final de la obra, en un escenario al que también subió su madre, que dijo estar “muy orgullosa” de su hijo, mientras el público lanzaba al bailarín flores y vítores, y caía sobre el escenario un mar de pétalos de rosas.
AGRADECIMIENTO
En sus tres apariciones en la representación, Joaquín De Luz se vio obligado a salir varias veces para dar las gracias al público neoyorquino, que supo dar realce a la despedida del bailarín español, quien en algunos momentos hizo algunos giros en su coreografía que hizo las delicias, entre risas, del público asistente, que abarrotaba por completo el anfiteatro del prestigioso Lincoln Center de Nueva York.
SOLISTA
El artista llegó a la prestigiosa compañía neoyorquina como solista tras bailar durante años con el American Ballet Theatre, donde había sido bailarín principal desde 1998, previo paso por el ballet de Pensilvania. Se formó en danza clásica, entre 1992 y 1995, con la compañía del español Víctor Ullate.
El ballet de la ciudad de Nueva York (NYCB) diseñó para la actuación final de su temporada de otoño un programa de despedida a medida del admirado bailarín español, que quería hacer un “tributo” a Balanchine.
De Luz decidió en diciembre del año pasado que se retiraría este otoño de la NYCB y de “bailar en gran formato”, algo que pilló por sorpresa “a casi todo el mundo”, según dijo, pero convino que seguirá “bailando un poco” aunque esté en “proyectos un poco diferentes”.
