Daniela Romo, ovacionada

Cautivó en su regreso en “Hello, Dolly!”

Daniela Romo, ovacionada

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Ciudad de México. - Tras 10 años de ausencia en los escenarios teatrales, la actriz Daniela Romo brilla en su regreso al interpretar a Dolly Levi en el musical “Hello, Dolly!” que ya levantó su telón en el Teatro de los Insurgentes de esta ciudad.
En 1992 fue año en que la obra se presentó en México con Silvia Pinal, y a la que se recuerda a través del programa de mano que se reparte a asistentes al entrar, previo a la función.
También rinde un homenaje a Libertad Lamarque, cuando hizo mismo personaje en 1967 y 1968 tanto en Argentina y en México; a Barbra Streisand (1969); Concha Velasco (2001); Bette Midler (2017), Mary Martin (1965) y la primera en hacer el papel: Carol Channing (1964), entre otras.

TRAYECTORIA
Las tablas que Daniela adquirió a lo largo de 40 años de trayectoria artística en escenarios musicales, televisivos, teatrales y cinematográficos, son las que hoy se plasman en “Hello, Dolly!”, pues su trabajo deja satisfecho al público que la ovaciona de pie al finalizar la representación.
Mención aparte merece Jesús Ochoa, quien interpreta de manera sorprendente a Horacio Vandergelder, el cuasi millonario de Yonkers, Nueva York, y con quien Dolly aspira a contraer nupcias luego de sobresalir como casamentera.
TRAMA
Para lograrlo, hace que dos de los empleados de Horacio y su sobrina viajen a la ciudad. Su propósito es lograr que uno de ellos, Cornelius (Mauricio Salas), se enamore de la mujer con la que Vandergelder se casará para que así, sin pareja, él termine sucumbiendo ante encantos de Dolly.
El musical dirigido por Jason A. Sparks, ambientado en el Nueva York de finales del siglo XIX, precisamente de 1890, gracias al diseño escenográfico de Adrián Martínez Frausto y Emilio Zurita.
Este tiempo, conocido como The Gilded Age, se caracterizaba por ser un periodo de prosperidad y reconstrucción tras la Guerra Civil en Estados Unidos, del apogeo de los emporios ferrocarrileros y de una obsesión por lo afrancesado.

MUSICAL
Para que el musical volviera a México, Sparks partió de espacios, colores, y atmósferas de postales que se produjeron en esa época y rinde homenaje al legado de la producción original de Broadway.
Con un peso de 14 toneladas, los 11 cambios de escenografía se realizaron en un tiempo récord de apenas seis meses y trabajaron en su construcción más de 70 personas de ocho talleres.
Las dimensiones del lugar, y todo el poco espacio con el que se cuenta en los desahogos fue el reto principal de este trabajo, al que se debe agregar la velocidad de las transiciones entre
cada escena.
La puesta es una obra muy complicada en términos sonoros, pues va ligada a una coreografía intensa, lo que dificulta el microfoneo de la orquesta y elenco, especialmente de los bailarines.