Rita Hayworth contra “Gilda”, el peso de un mito

Rita Hayworth contra “Gilda”, el peso de un mito

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Los Ángeles.- Un personaje inolvidable puede alumbrar una carrera soñada en Hollywood pero también puede ser un lastre para la eternidad.
Una mezcla de ambas cosas fue lo que experimentó Rita Hayworth, quien este día habría cumplido cien años y cuyo recuerdo sigue anclado a su papel estelar en “Gilda” (1946).
Clásico incontestable del cine negro, “Gilda” convirtió a Hayworth en un mito de la gran pantalla y en un objeto de deseo para millones de espectadores, hasta el punto de que la personalidad de la propia actriz pareció difuminarse y desaparecer bajo la abrumadora presencia de su rol en la ficción.
“Todos los hombres que he conocido se enamoran de Gilda pero se despiertan conmigo”, dijo la intérprete en una triste cita que refleja los devastadores efectos que puede ocasionar la fama.
Bajo la dirección de Charles Vidor y con Glenn Ford como protagonista masculino, la película se rendía a Hayworth desde la frase promocional de sus pósteres: “¡Nunca hubo una mujer como Gilda!”.
Y es qué entre las sombras de los casinos de Buenos Aires, con el sonido de fondo de tangos y de los cubitos de hielo en las copas en los clubes, y en medio de intrigas criminales colándose por los pasillos de un mundo completamente masculino, emergía el personaje de Gilda como una “femme fatale”.
Arrebatadoramente sexual y libre, pero también herida y víctima de abusos y violencia de todo tipo.
FILME
Volver a ver la película ahora, más de setenta años después de su estreno y en tiempos de un feminismo en auge y del movimiento #MeToo, puede hacer que los cinéfilos actuales se muestren sorprendidos ante ciertos pasajes.
No es solo la famosa bofetada que Johnny Farrell (Ford) le suelta a Gilda, sino que la protagonista es vigilada al milímetro por sus diferentes maridos y prácticamente no puede dar un paso sin que los celos, gritos, abusos o bruscos gestos de sus parejas se interpongan en su camino.