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Teculután, Guatemala.- Más de 2.000 hondureños cumplían el miércoles un tercer día de caminata y a pesar del calor y el cansancio cruzaban Guatemala para intentar llegar a Estados Unidos.
La marcha de migrantes ha molestado al presidente Trump, quien advirtió a los países centroamericanos que retiraría la ayuda financiera si no hacían algo para frenar su paso.
El miércoles Trump puso a la caravana en el centro de la campaña electoral de medio término para atacar a sus rivales demócratas y llamó a los republicanos a abordar el tema de cara a los comicios del 6 de noviembre, cuando se renovará el Congreso.
Los migrantes iniciaron su tercer día de marcha por la madrugada y esperaban caminar unos 40 kilómetros hasta Zacapa, la población siguiente en la ruta. Sin embargo, decenas optaron por enfilar a la ciudad capital, a la Casa del Migrante, donde unos 1.000 llegaron el martes gracias a que extraños los acercaron en automóvil, se montaron en la parte trasera de camionetas o tomaron autobuses.
“Vamos a seguir, aquí el que decide es Dios, nosotros no tenemos más que avanzar”, dijo a The Associated Press Luis Navarreto, un migrante de 32 años que había leído sobre la advertencia del mandatario estadounidense.
Por otra parte, un grupo de migrantes hondureños llegó a la frontera El Amatillo, al sur de El Salvador, intentando sumarse a otra caravana de sus compatriotas que ya está en camino por Guatemala tratando de llegar a Estados Unidos, informaron.
Efectivos de la fuerza armada y de la policía tomaron posesión del puente sobre el río Guascorán que une a El Salvador con Honduras en el puesto Fronterizo El Amatillo.
La marcha de migrantes ha molestado al presidente Trump, quien advirtió a los países centroamericanos que retiraría la ayuda financiera si no hacían algo para frenar su paso.
El miércoles Trump puso a la caravana en el centro de la campaña electoral de medio término para atacar a sus rivales demócratas y llamó a los republicanos a abordar el tema de cara a los comicios del 6 de noviembre, cuando se renovará el Congreso.
Los migrantes iniciaron su tercer día de marcha por la madrugada y esperaban caminar unos 40 kilómetros hasta Zacapa, la población siguiente en la ruta. Sin embargo, decenas optaron por enfilar a la ciudad capital, a la Casa del Migrante, donde unos 1.000 llegaron el martes gracias a que extraños los acercaron en automóvil, se montaron en la parte trasera de camionetas o tomaron autobuses.
“Vamos a seguir, aquí el que decide es Dios, nosotros no tenemos más que avanzar”, dijo a The Associated Press Luis Navarreto, un migrante de 32 años que había leído sobre la advertencia del mandatario estadounidense.
Por otra parte, un grupo de migrantes hondureños llegó a la frontera El Amatillo, al sur de El Salvador, intentando sumarse a otra caravana de sus compatriotas que ya está en camino por Guatemala tratando de llegar a Estados Unidos, informaron.
Efectivos de la fuerza armada y de la policía tomaron posesión del puente sobre el río Guascorán que une a El Salvador con Honduras en el puesto Fronterizo El Amatillo.
