Sinfónica de Israel en Bellas Artes

Sinfónica de Israel en Bellas Artes

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Ciudad de México.- Tras su exitosa presentación en el Festival Internacional Cervantino y en el Palacio de Cultura de Jalisco, la Orquesta Sinfónica de Israel Rishon LeZion ofreció un concierto anoche en el Palacio de Bellas Artes, donde celebró el 70 aniversario de la independencia
de Israel.

Previo a la función, el director de la agrupación Ofer Sela y el director huésped Yeruham Scharovsky compartieron su satisfacción por conmemorar en México el hecho histórico que les diera patria.

“Israel es un país abierto que extiende su mano a todo el mundo por su cualidad, no por su ideología, política o color de pasaporte”, expresó Scharovsky ante los medios de comunicación.

De acuerdo con el director huésped, durante su actuación e tocaron dos instrumentos que sobrevivieron al Holocausto.

“Por aquel entonces no sólo querían matar a las personas, sino también el espíritu de nuestro pueblo y como era lógico en las grandes orquestas de Alemania había muchos judíos, cuyos instrumentos eran grabados con una estrella de David y su uso era prohibido porque eran instrumentos que pertenecían a judíos”, anotó.

Detalló, “el israelí Amnon Weinstein, luthier y fundador del proyecto Violines de Esperanza, ha decidido localizar y restaurar violines que fueron utilizados por músicos judíos durante el holocausto, a fin de que vuelvan a tener vida. Y tendremos con nosotros un chelo y un violín de este proyecto”.

El programa estuvocompuesto por “Hora”, una danza del poema sinfónico “Emek”, de Marc Lavry, “que representa la atmósfera, el ambiente y el espíritu del día de la fundación israelí”.

Además, se interpretó el rezo hebreo “Kol Nidrei”, de Max Bruch, pieza a cargo de la violonchelista Danielle Akta, quien a sus 16 años de edad representa el futuro y cómo es que las jóvenes generaciones continúan cuidando las tradiciones de miles de años atrás.

El programa, que representa la cúspide de las celebraciones de Israel por los 70 años de independencia, también incluyó el “Concierto en Do mayor para violonchelo y orquesta”, de Franz Joseph Haydn, y la “Sinfonía Núm. 5”, de Piotr Ilich Chaikovski.