A-AA+
CIUDAD HIDALGO, México.- Un número creciente de migrantes centroamericanos reanudaron su viaje hacia la frontera de Estados Unidos el domingo por la mañana en el sur de México, superando los intentos del gobierno mexicano para detenerlos en la frontera con Guatemala.
La caravana de migrantes creció a aproximadamente 5 mil personas durante la noche y al amanecer salieron caminando hacia la ciudad mexicana de Tapachula, de a 10 en fondo en una fila que se extendía aproximadamente 1,5 kilómetros.
Varios cientos más ya habían presentado solicitudes de refugio en México y un estimado de mil 500 migrantes seguían del lado guatemalteco, esperando entrar a México de forma legal.
No estaba claro de inmediato de dónde provenían los viajeros adicionales, puesto que unos 2 mil se reunieron en el lado mexicano el sábado por la noche. Lo más probable es que varias personas hayan esperado en el puente ubicado sobre el río Suchiate o en la localidad guatemalteca de Tecún Umán y decidieron cruzar durante la noche.
Mientras caminaban hacia México gritaban frases como: “¡Sí se pudo!”.
A su paso por comunidades mexicanas a las afueras de Ciudad Hidalgo, fueron recibidos con aplausos, cánticos solidarios y donaciones de comida y ropa por parte de los mexicanos.
María Teresa Orellana, residente del vecindario de Lorenzo, entregaba sandalias gratis a los migrantes conforme pasaban. “Es solidaridad”, comentó. “Son nuestros hermanos”.
En el calor tropical, Besi Jaqueline López de San Pedro Sula, Honduras, llevaba un oso de peluche, el juguete favorito —y único— de sus dos hijas, Victoria de 4 años y Elisabeth de 3, mientras caminaban a su lado cubiertas de sudor.
Graduada en administración de empresas, López dijo que no encontraba trabajo en Honduras. Quiere llegar a Estados Unidos, pero se quedaría en México si puede hallar un empleo. “Mi meta es encontrar trabajo para un mejor futuro para mis hijas”, señaló.
Su esposo, David Martínez, comentó que estaban cansados, pero que tenían que seguir para alcanzar su meta de llegar a Estados Unidos.
La caravana de migrantes creció a aproximadamente 5 mil personas durante la noche y al amanecer salieron caminando hacia la ciudad mexicana de Tapachula, de a 10 en fondo en una fila que se extendía aproximadamente 1,5 kilómetros.
Varios cientos más ya habían presentado solicitudes de refugio en México y un estimado de mil 500 migrantes seguían del lado guatemalteco, esperando entrar a México de forma legal.
No estaba claro de inmediato de dónde provenían los viajeros adicionales, puesto que unos 2 mil se reunieron en el lado mexicano el sábado por la noche. Lo más probable es que varias personas hayan esperado en el puente ubicado sobre el río Suchiate o en la localidad guatemalteca de Tecún Umán y decidieron cruzar durante la noche.
Mientras caminaban hacia México gritaban frases como: “¡Sí se pudo!”.
A su paso por comunidades mexicanas a las afueras de Ciudad Hidalgo, fueron recibidos con aplausos, cánticos solidarios y donaciones de comida y ropa por parte de los mexicanos.
María Teresa Orellana, residente del vecindario de Lorenzo, entregaba sandalias gratis a los migrantes conforme pasaban. “Es solidaridad”, comentó. “Son nuestros hermanos”.
En el calor tropical, Besi Jaqueline López de San Pedro Sula, Honduras, llevaba un oso de peluche, el juguete favorito —y único— de sus dos hijas, Victoria de 4 años y Elisabeth de 3, mientras caminaban a su lado cubiertas de sudor.
Graduada en administración de empresas, López dijo que no encontraba trabajo en Honduras. Quiere llegar a Estados Unidos, pero se quedaría en México si puede hallar un empleo. “Mi meta es encontrar trabajo para un mejor futuro para mis hijas”, señaló.
Su esposo, David Martínez, comentó que estaban cansados, pero que tenían que seguir para alcanzar su meta de llegar a Estados Unidos.