Macri y Papa Francisco renuevan tensión política en clima electoral

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La permanente tensión política entre el gobierno argentino y el Papa Francisco se renovó luego de una misa masiva que, en realidad, representó un acto contra el presidente Mauricio Macri en medio de la crisis económica y a un año de las elecciones generales.

El sábado pasado, sindicalistas, diputados, senadores y dirigentes sociales opositores al macrismo realizaron una misa en la Catedral de Luján, el santuario más importante de Argentina, bajo el lema “Paz, pan y trabajo” que suele promover el Papa.

Pablo Moyano, un influyente líder sindicalista, reveló este lunes el apoyo que Francisco dio a un acto político-religioso que demostró los intentos de unidad opositora con miras a los comicios presidenciales de 2019 en los que Macri buscará la reelección.

"Tenemos una muy buena relación con el Papa Francisco, sin dudas no se podría haber hecho esta movilización en la Basílica de Luján sin su venia", afirmó.

Moyano, quien la semana pasada denunció una persecución judicial del macrismo, aseguró que "el Papa está preocupado por esta desgracia que tenemos como modelo económico que suma cada vez más pobres y desocupados a través de la inflación".

Sin embargo, el arzobispo Agustín Radrizzani, quien ofició la misa, aclaró que él fue el único responsable, de celebrar un acto con decenas de políticos, entre ellos el excandidato presidencial que fue rival de Macri, Daniel Scioli, más miles de militantes de diferentes organizaciones.

"Deseo aclarar que el Papa Francisco no ha tenido ninguna injerencia, la decisión de realizar la celebración de la misa en Luján fue absolutamente mía", dijo.

A pesar de los intentos de despegar al Papa de los pleitos políticos internos de su país natal, la frialdad y el distanciamiento han marcado su relación con el presidente.

Tanto es así, que Francisco no ha querido venir a su país natal durante los casi tres años que Macri ha gobernado Argentina y, cuando lo recibió en el Vaticano, lo hizo en una cita muy breve, de escasos 22 minutos, y con fotos en las que se mostró serio y sin afabilidad alguna.

Por el contrario, durante este tiempo el Papa ha recibido sonriente y en largas audiencias en la Santa Sede a dirigentes cercanos a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien hoy es la principal rival opositora a Macri.

Este año, la tensión aumentó cuando Macri habilitó el debate parlamentario sobre la legalización del aborto, uno de los derechos sociales a los que más se opone la Iglesia Católica y que finalmente fue rechazado en el Senado con discursos religiosos.