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El diputado y exlíder de una milicia cristiana en República Centroafricana, Alfred Yékatom Rombho, fue extraditado hoy a La Haya, Holanda, para ser juzgado en la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra y de lesa humanidad.
Yékatom Rombho, alguna vez apodado Rambo, es acusado de los crímenes cometidos por hombres bajo su mando en el sur del país contra la población musulmana, así como por el reclutamiento de niños soldados, asesinatos y masacres, ocurridos entre diciembre de 2013 y agosto de 2014.
El exlíder encabezó una milicia cristiana durante un conflicto interreligioso que estalló en la República Centroafricana después de que los rebeldes musulmanes tomaron el poder del país en 2013, alcanzó su punto máximo en 2014 y terminó con un acuerdo de alto al fuego en agosto de ese mismo año.
La CPI inició una investigación en septiembre de 2014 sobre los ataques sistemáticos contra los musulmanes en el empobrecido país, pero rico en recursos, perpetrados por unos tres mil militacianos comandados por el exoficial del ejército.
Aunque en 2015, Yékatom se convirtió en blanco de sanciones por parte de Estados Unidos por sospechas de ataques contra musulmanes, muerte de civiles y uso de 153 niños soldados, en 2016 fue elegido para el Parlamento.
Antes de su extradición este sábado, el legislador centroafricano ya se encontraba en arresto desde el pasado 29 de octubre por haber disparado en la sede de la Asamblea Nacional durante la votación del nuevo presidente parlamentario que sucedería a Abdou Karim Meckassoua, despedido tres días antes.
Su extradición fue bien recibida por grupos de derechos humanos como la Federación Internacional de Derechos Humanos, que la describió como “un mensaje fuerte” a los líderes de los grupos armados y confirma el compromiso de las autoridades de cooperar con la CPI para perseguir a responsables de crímenes de guerra.
República Centroafricana ha luchado para recuperarse del conflicto que estalló en 2013 cuando el presidente Francois Bozize, de fe cristiana, fue derrocado principalmente por los rebeldes musulmanes de Seleka y los cristianos, que representan el 80 por ciento de la población, organizaron unidades “Anti-balaka”.
El conflicto ha causado la muerte de miles de personas y el desplazamiento de una quinta parte de los 4.5 millones de habitantes del país, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Por ahora, el diputado Yékatom Rombho será el primer centroafricano en comparecer ante este tribunal internacional por los crímenes que ha cometido en el país.
Yékatom Rombho, alguna vez apodado Rambo, es acusado de los crímenes cometidos por hombres bajo su mando en el sur del país contra la población musulmana, así como por el reclutamiento de niños soldados, asesinatos y masacres, ocurridos entre diciembre de 2013 y agosto de 2014.
El exlíder encabezó una milicia cristiana durante un conflicto interreligioso que estalló en la República Centroafricana después de que los rebeldes musulmanes tomaron el poder del país en 2013, alcanzó su punto máximo en 2014 y terminó con un acuerdo de alto al fuego en agosto de ese mismo año.
La CPI inició una investigación en septiembre de 2014 sobre los ataques sistemáticos contra los musulmanes en el empobrecido país, pero rico en recursos, perpetrados por unos tres mil militacianos comandados por el exoficial del ejército.
Aunque en 2015, Yékatom se convirtió en blanco de sanciones por parte de Estados Unidos por sospechas de ataques contra musulmanes, muerte de civiles y uso de 153 niños soldados, en 2016 fue elegido para el Parlamento.
Antes de su extradición este sábado, el legislador centroafricano ya se encontraba en arresto desde el pasado 29 de octubre por haber disparado en la sede de la Asamblea Nacional durante la votación del nuevo presidente parlamentario que sucedería a Abdou Karim Meckassoua, despedido tres días antes.
Su extradición fue bien recibida por grupos de derechos humanos como la Federación Internacional de Derechos Humanos, que la describió como “un mensaje fuerte” a los líderes de los grupos armados y confirma el compromiso de las autoridades de cooperar con la CPI para perseguir a responsables de crímenes de guerra.
República Centroafricana ha luchado para recuperarse del conflicto que estalló en 2013 cuando el presidente Francois Bozize, de fe cristiana, fue derrocado principalmente por los rebeldes musulmanes de Seleka y los cristianos, que representan el 80 por ciento de la población, organizaron unidades “Anti-balaka”.
El conflicto ha causado la muerte de miles de personas y el desplazamiento de una quinta parte de los 4.5 millones de habitantes del país, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Por ahora, el diputado Yékatom Rombho será el primer centroafricano en comparecer ante este tribunal internacional por los crímenes que ha cometido en el país.
