Historia automotriz en el volante (FOTOGALERÍA)

Del aro que ampollaba las manos al centro para controlar velocidad, música y el teléfono

Siempre ha sido nuestro guía en la carretera y el responsable de transmitirnos esa sensación de libertad o de control cuando conducimos. Se trata del volante, cuyo papel ha ido evolucionado a lo largo de la historia: del aro que teníamos que girar con guantes para evitar las ampollas y conseguir mejor agarre, al gran aliado que ahora aparca por nosotros y nos permite controlar la velocidad, la música o el teléfono sin quitar ojo de la carretera.
SEAT repasa cómo han cambiado a lo largo de casi 70 años de historia a través de seis modelos:

1950: SEAT 1400
En esta década, el volante es un aro delgado, grande y rígido hecho de baquelita que hace que la conducción sea casi un ejercicio de fuerza.

1960: SEAT 600
En los modelos que compraba la clase media, como el SEAT 600, el volante se reducía a su mínima expresión. Se trata de un elemento para poder girar el coche y tan sólo incorpora un claxon.

1970: SEAT 850
Cuando nace el SEAT 850 Spider, los volantes deportivos se convierten en un símbolo de glamur. En esta época, se empieza a usar el metal en los radios y se añaden los clásicos agujeros circulares. El acabado de madera del aro le daba un toque lujoso.

1970: SEAT 124
El aro reduce su tamaño y se emplean nuevos materiales sintéticos acolchados para aumentar la comodidad y seguridad de los conductores. En modelos como el SEAT 124, el claxon ya no está en medio sino en el lateral de los dos radios horizontales y se activa con el pulgar.

1980-1990: SEAT IBIZA
Con la llegada de la dirección asistida, el diámetro del volante se reduce y se gana en comodidad y seguridad. En los primeros SEAT IBIZA, esta pieza es más gruesa y está hecha de un material parecido al caucho ganando en ergonomía. La siguiente generación del IBIZA en los años 90 incorporará el airbag y, en la tercera, el volante permitirá controlar el volumen de la radio y las emisoras.

Actualidad: SEAT Ateca
El conductor gana en prestaciones. Se puede controlar la temperatura, la música, la ruta, la velocidad o la autonomía e incluso llamar por teléfono desde el volante. Todos los datos nos aparecen centrados en el cuadro de instrumentos para evitar distracciones.

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