ESPECIAL: Planta de BMW en Múnich, única enclavada en medio de una ciudad

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La planta de vehículos de BMW situada en esta urbe es la única del grupo en el mundo enclavada en el centro de una ciudad, lo que obligó a la empresa invertir 700 millones de euros en los últimos tres años para su eficiente expansión vertical.

Al norte de Múnich, alrededor de 50 hectáreas albergaron, desde 1913, la productora de motores de avión y motocicletas en aquel entonces, pero el crecimiento de la ciudad, una de las más exclusivas de Alemania, obligó a BMW a proyectar su crecimiento hacia arriba, la cual tiene hoy cinco pisos con 400 mil metros cuadrados de construcción.

En esta planta se construyen diariamente mil vehículos y tres mil motores de diferentes tecnologías: El Serie 3 Sedán, el Serie 3 Touring, el Serie 3 plug-in Hybrid, el BMW 4 Serie Coupé y el M4 Coupé, así como los motores a tres, cuatro, ocho y 12 cilindros a gasolina para la Serie 7, y el exclusivo Rolls Royce.

Un total de ocho mil empleados de 70 nacionalidades llegan diariamente en metro las 24 horas del día y se distribuyen en tres turnos, de tal forma que de lunes a viernes la producción no se detiene en Múnich.

Pero aun así, los habitantes poco perciben la incomodidad de tener en medio de la ciudad una fábrica de vehículos y para lograrlo BMW introdujo entre su flotilla de transporte de autopartes y unidades tres autos eléctricos de 40 toneladas cada uno.

Además, minimizó el flujo de camiones de carga, al producir algunas de sus propias piezas en esos cinco pisos de fabricación automotriz, por lo que la armadora se convirtió en una de las pocas plantas en el mundo que fabrica sus propios asientos.

De no hacerlo necesitarían de proveedores externos, lo que implicaría la entrada y salida a la ciudad de 60 camiones más de carga diariamente para la construcción de los vehículos que ahí se fabrican.

En el interior, sobre todo en el área de carrocería laboran armónicamente centenares de robots programados provenientes de la fabricante sueca ABB y la alemana Kuka, que colocan en cada unidad unos seis mil puntos de soldadura y que se renuevan en promedio cada 10 años para garantizar el control de la calidad en la producción de vehículos.

Los robots son programados por especialistas que los vigilan diariamente y mantienen un control digital que permite a la planta la flexibilidad para producir unidades de varios modelos en la misma línea de fabricación.

El área de pintado automotriz fue la última que se construyó en Múnich, por lo que es una de las más avanzadas del mundo, en donde se colocan cuatro capas de pintura al vehículo, desde la base, gastando sólo unos ocho litros por cada unidad.

La planta de Múnich opera hoy a toda su capacidad, de cuya producción vehicular, el 10 por ciento es del Serie 3 Hybrid; misma que planea incrementarse a 30 por ciento a partir de la séptima generación que ya empezó a producir en el último trimestre de 2018, en función de la demanda europea.

Ello generó que se ampliara la producción de unidades a gasolina en la planta de México, de los vehículos Serie 3 a gasolina de 30 a 35 vehículos por hora.