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Ciudad de México.- La afluencia de visitantes que hubo en el Complejo Cultural Los Pinos durante el segundo fin de semana, disminuyó en comparación con su inauguración el sábado pasado, cuando se abrieron las puertas al público en general.
Según datos del personal, fueron aproximadamente 15 mil 143 visitantes que acudieron este sábado a la que fuera la residencia de 14 mandatarios, mientras que el 1 de diciembre acudieron 30 mil. La gente hizo largas filas para acceder y el tiempo de espera fue de 30 a 60 minutos.
Aunque este sábado no hubo actividades culturales programadas en el recinto, los visitantes desbordaron la capacidad de las instalaciones, pues las filas eran prolongadas y en los pasillos las personas se apretaban para poder caminar o tomar fotos, mientras el personal de Los Pinos dirigía y solicitaba que no se detuvieran porque había gente esperando. A diferencia del primer fin de semana, el servicio de sanitarios no fue rebasado.
A pesar del entusiasmo por conocer Los Pinos, el público que provenía de diferentes estados de la República como Puebla, Chiapas y Tabasco, manifestó su indignación al observar muchos espacios casi vacíos, aunque algunos contaban con ciertos muebles como mesas y sillas, pero en la mayoría quedaba la sensación de que carecían de objetos.
Según datos del personal, fueron aproximadamente 15 mil 143 visitantes que acudieron este sábado a la que fuera la residencia de 14 mandatarios, mientras que el 1 de diciembre acudieron 30 mil. La gente hizo largas filas para acceder y el tiempo de espera fue de 30 a 60 minutos.
Aunque este sábado no hubo actividades culturales programadas en el recinto, los visitantes desbordaron la capacidad de las instalaciones, pues las filas eran prolongadas y en los pasillos las personas se apretaban para poder caminar o tomar fotos, mientras el personal de Los Pinos dirigía y solicitaba que no se detuvieran porque había gente esperando. A diferencia del primer fin de semana, el servicio de sanitarios no fue rebasado.
A pesar del entusiasmo por conocer Los Pinos, el público que provenía de diferentes estados de la República como Puebla, Chiapas y Tabasco, manifestó su indignación al observar muchos espacios casi vacíos, aunque algunos contaban con ciertos muebles como mesas y sillas, pero en la mayoría quedaba la sensación de que carecían de objetos.