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El parque Tangamanga I celebró con visitas de familias el Día Internacional del Jaguar, un animal en peligro de extinción que se encuentra en estado de protección en algunas zonas específicas de la Sierra de San Luis Potosí y en zoológicos.
En el caso del parque Tangamanga, las familias que pasearon por sus áreas visitaron a “Pazum”, el “gato grande” que ha despertado simpatías por su estatura y la belleza de su pelaje, en combinaciones de negro y derivados de ocre.
El “gato grande” del parque Tangamanga I, es el felino más grande de América, y su hábitat natural se encuentra en la serranía, principalmente en la Zona Media de la entidad, y en el sureste mexicano.
“Pazum” recibe alimentación puntual y oportuna de acuerdo a su dieta de pollo y res, y tiene acceso a médicos veterinarios que lo cuidan, mientras espera una pareja para su reproducción.
En tanto, el Jaguar es uno de los principales atractivos del Zoológico del parque y es admirado mientras crece. Tiene casi 3 años de edad y aún es un animal juguetón que se relaciona con facilidad con los seres humanos, con independencia de que no es posible acercarle las manos a la cara para evitar una mordedura.
Al notar la presencia de aquellos con quienes está familiarizado, se echa, esperando que le acaricien la panza, o incluso se acerca a la malla ciclónica que lo divide de sus cuidadores, para que lo apapachen y le froten los dedos sobre su cuerpo. El jaguar ronronea como un gato pequeño, en señal de amistad, cuando se acerca a sus cuidadores que lo acarician.
Hasta ahora, a los alrededores de la Zona Metropolitana, es el único ejemplar que recibe cuidados en un parque recreativo de la Capital.
En el caso del parque Tangamanga, las familias que pasearon por sus áreas visitaron a “Pazum”, el “gato grande” que ha despertado simpatías por su estatura y la belleza de su pelaje, en combinaciones de negro y derivados de ocre.
El “gato grande” del parque Tangamanga I, es el felino más grande de América, y su hábitat natural se encuentra en la serranía, principalmente en la Zona Media de la entidad, y en el sureste mexicano.
“Pazum” recibe alimentación puntual y oportuna de acuerdo a su dieta de pollo y res, y tiene acceso a médicos veterinarios que lo cuidan, mientras espera una pareja para su reproducción.
En tanto, el Jaguar es uno de los principales atractivos del Zoológico del parque y es admirado mientras crece. Tiene casi 3 años de edad y aún es un animal juguetón que se relaciona con facilidad con los seres humanos, con independencia de que no es posible acercarle las manos a la cara para evitar una mordedura.
Al notar la presencia de aquellos con quienes está familiarizado, se echa, esperando que le acaricien la panza, o incluso se acerca a la malla ciclónica que lo divide de sus cuidadores, para que lo apapachen y le froten los dedos sobre su cuerpo. El jaguar ronronea como un gato pequeño, en señal de amistad, cuando se acerca a sus cuidadores que lo acarician.
Hasta ahora, a los alrededores de la Zona Metropolitana, es el único ejemplar que recibe cuidados en un parque recreativo de la Capital.
